Cartas al Director

Por enfermedad, por incapacidad física… se me ocurre una docena de motivos que justificarían el absentismo a la hora de votar. Todos plausibles, ninguno reprochable. Comenzamos en la Red la era del 3.0 y la Administración sigue poniendo en manos de los ciudadanos instrumentos antediluvianos con los que poder expresarse cuando llegan unas elecciones.  Dos: depositando el voto en una urna o a través del correo ordinario. Y en ambos  casos se requiere de la presencia física del votante. (“Conditio sine qua non”). No se puede delegar. Es cierto que la abstención no influye, a efectos contables, en el resultado electoral. Pero a la persona que quiere y no puede participar se le está privando de un derecho constitucional. Hoy en día, con un DNI electrónico y un ordenador, es posible a través de Internet hacer la declaración de la renta, pedir un justificante de empadronamiento o solicitar una cita médica. No entiendo por qué la Administración no permite utilizar esta vía  para participar en unas elecciones.

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