Cartas al Director

Vivir siempre:

• La templanza que nos ayuda a acercarnos a las realidades divinas y a las preocupaciones de los demás.
• La atención a la familia:
  • Construir hogares luminosos y alegres; como decía San Josemaría fundador del Opus Dei.
• La atención a los padres:
  • Vivir con ellos: el respeto, el cariño, el amor, la obediencia.
  • Tener detalles y hacerle pequeños y frecuentes regalos.
• Rezar siempre por los difuntos; y especialmente durante el mes de noviembre dedicado a ellos.
• El trabajo bien hecho:
  • Sin chapuzas. Sin pérdidas de tiempo.
  • Con profesionalidad y preparación.
• La alegría, incluso en medio de la contradicción del sufrimiento y del dolor.
• La puntualidad en todo para hacer más eficaces.
• La naturalidad y la sencillez. La humildad.
• La paciencia, la fortaleza y la reciedumbre.
• La solidaridad y la generosidad.
• La benevolencia y la cordialidad.
• La transparencia y la honestidad.
• Vivir dignamente y procurar ser siempre útil.
• Vivir desinteresadamente:
  •  Sin buscar el sol que más calienta.
• Vivir sin ser interesados. Vivir sin buscar siempre:
  • Nuestro bienestar, nuestra comodidad y nuestros caprichos.
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• Vivir el orden:
  • Orden interior, que nos trae la paz y el equilibrio del alma.
  • Orden  exterior de lo que tenemos y usamos.
• Ser personas formales y ejemplares. Ser creíbles.
• Vivir la justicia y ser en ello ejemplares.
• Hacer todo por Dios y por los demás.

Con todo esto y el amor a Jesús tenemos asegurado la felicidad terrena y eterna; y la alegría y la paz; y el amor y la vida.