Vicario general del Opus Dei.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Mariano Fazio nacido en 1960 en Buenos Aires, doctor en Filosofía y licenciado en Historia, desde el año 2014, es uno de los 2 Vicarios Generales del Opus Dei. Y es amigo personal del papa Francisco.
Él quería pasar, y así lo ha hecho, una temporada de descanso y formación en Galicia porque sus bisabuelos por parte de madre eran de Laxe. A Coruña. Y nos dice:
- «Quería profundizar en mis raíces y me he sentido muy en mi casa desde el primer momento, afirma. Hasta ha completado una etapa del Camino. Confieso estar sorprendido por la belleza natural y cultural de Galicia, pero en particular pienso que aquí hay un tesoro espiritual, que son los restos del Apóstol».
¿Cómo argentino y latinoamericano, qué está suponiendo para ustedes el papado de Francisco?:
- Es una bendición de Dios. Como creyente considero que cada papa es el que el Espíritu Santo quiere para cada momento de la Iglesia. El mundo está atravesando una etapa de mucho individualismo, frialdad, de violencia y el papa da cercanía, misericordia y compasión. Es un mensaje que está llegando a mucha gente, también a aquellos que estaban muy apartados de la Iglesia.
Conoció al papa antes de ser papa y ahora. ¿En qué ha cambiado?
- Es la misma persona, con la misma profunda vida espiritual, algo que a veces no se termina de subrayar, pero todo lo que hace y todos los gestos que tiene son una consecuencia de su unión con Dios.
¿Qué relación tiene el Opus Dei con este papa?
- Él siempre apreció el mensaje del Opus Dei, que es la santificación en medio del mundo. Ha manifestado alguna vez que él es anticlerical, en el sentido de que la Iglesia no son solamente los sacerdotes, y que no son solo los sacerdotes los que tienen que llevar a cabo la evangelización, sino que en medio del mundo todos tenemos que dar a conocer a Cristo. Ese es el mensaje del Opus Dei, por lo cual hay sintonía total.
¿Cuál es la situación del Opus Dei en el mundo?
- La Obra está en medio del mundo, el mensaje es la santificación del mundo, por lo tanto tenemos los mismos desafíos que tienen todas las personas que quieren vivir con coherencia su fe en un mundo secularizado. Gracias a Dios, somos más de 90.000 personas, estamos presentes en setenta países y hay proyectos de expansión, pero a su vez, como cualquier otra institución de la Iglesia, notamos que, sociológicamente, es más difícil hacer pasar el mensaje cristiano.
Usted ha escrito muchos libros sobre la secularización de las sociedades modernas, ¿cómo valora este fenómeno?
- La secularización en sentido malo es organizar la vida individual, social y mundial con independencia de Dios, como si Dios no existiera. Eso crea un desierto espiritual, tristeza, angustia, pesimismo y depresión porque, como dice san Agustín, estamos hechos para Dios. Pero hay también una secularización buena, distinguir entre religión y política, Iglesia y Estado. Distinguir, que no significa oponer. Tenemos que colaborar todos con el bien de la humanidad, pero cada uno en su sitio. el clericalismo no es cristiano.
¿Siente que se ha pasado de un ateísmo pacífico a una agresión a la Iglesia católica?
- El Señor ya dijo que quienes lo siguieran iban a sufrir, que cada uno tiene que cargar con su cruz, que el discípulo no es menor que el maestro y que por lo tanto si el Señor fue condenado a muerte injustamente los cristianos que quieran seguir muy cerca del Señor van a sufrir también. El evangelio, la cruz, es signo de contradicción y lo importante es no perder la sal, la luz del mundo que dice el Señor que tenemos que ser los cristianos.
Fuente: La Voz de Galicia.