Un Patrón “sin papeles”
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Este 27 de agosto de 2014 de nuevo se abre en Linares la puerta grande de sus fiestas patronales. La tradición, el populismo costumbrista, el deporte, la música, la alegría y la fiesta se aúnan para diseñar unos días de fascinación y de ensueño.
La convivencia, las actividades: gastronómicas, culturales, artísticas y de diversión generan también una dimensión esencial realmente atractiva.
Y todo en una atmósfera que nos hace descubrir la ilusión inherente a la espontaneidad de una fantasía que viene del exterior y que nos llega al corazón, para que allí vibremos con entusiasmo y votemos de felicidad.
Feria en la Antiguedad
Los niños viven estos días con unas actividades frenéticas y delirantes, con la inocencia de la ingenuidad, con entusiasmo desbordante, con la intensidad del que está dispuesto a agotar la felicidad.
Los mayores viven la fiesta desde el recuerdo, desde la nostalgia de un ayer que dejó en ellos un pozo hondo y fecundo.
Los jóvenes enloquecen y se desbordan en actividades lúdicas, emotivas y agotadoras.
Y en este entorno la Feria de Linares debe seguir siendo un referente de espectacular finura en cuanto a: la música, la tauromaquia y el arte que debe nacer, como un valioso filón, de sus profundidades mineras.
Agustín, considerado el más grande entre Los Padres de la Iglesia y uno de los filósofos cristianos más importantes de todos los tiempos, nació en el año 354 en la ciudad de Tagaste, (hoy Argelia, en el norte de África). Su padre era pagano y su madre cristiana (santa Mónica).
Y para terminar como no hablar de San Agustín, el patrón de una ciudad prestigiosa y distinguida. El patrón que goza de la trascendencia que le da la tradición; pero que necesitaría que la Iglesia de Linares y el Obispado de Jaén pusieran por escrito la autenticidad de su patronazgo, para que de esta manera dejara de ser: “un Patrón sin papeles”.
A San Agustín acudimos para pedir especialmente: Por los parados, por los que sufren y por los pobres a causa del efecto terrible de la larga y atroz crisis que nos está hundiendo a todos en el desaliento y en la desesperanza.
