TRAS-TOCADOS, PERO NO HUNDIDOS. AÚN
Publicado por Gerardo Hdez Zorroza, Posteado enOpinión
Hace un día precioso hoy en el norte. La mañana está fesca y se respira energía. Poder disfrutar este momento, sin prisas, es una bendición, especialmente ahora que todavía el Estado no ha introducido la «tasa de sol». Creo que están en ello.
Pero bueno, chanzas aparte, quisiera hablar aquí sobre nuestra confusión en los principios, que surge de nuestro adoctrinamiento en el miedo, y que es alimentada convenientemente por la ingente cantidad de soplagaitas parásitos que inundan no solo nuestra esfera emocional, social y laboral, sino de forma muy significativa la económica.
Me pregunto: ¿en qué hemos convertido la Economía? Me contesto. En una ciencia superficial y absurda, de piratas más bien, que no resuelve ni ayuda a regular el asunto básico del intercambio de bienes y servicios entre nostros los humanos, fruto de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo, sino que, curiosamente y al contrario de lo que debiera ser, somete a la casta trabajadora a los intereses de la especulación, que es actualmente la verdadera sustacia de la economía. Los lobos se han hecho los amos y cuidan convenientemente de la manada. Los corderos solo esperan, sin voz ni voto, se retrase el momento de su sacrificio.
Porque, no se engañen, eso somos, manada. Nos han hurtado la capacidad de pensar, ya que otros (el Estado en su máxima expresión) deciden por nostros y nos hemos acostumbrado a que nos lo den todo hecho.
La creatividad humana está siendo anulada convenientemente y sustituída por las máquinas, por nuestra obediencia como tales si queremos subsistir. El esfuerzo personal tampoco se cotiza ya en el «mercado económico», que lo que vale es la astucia, el arribismo, y una cascada de anti-principios y anti-valores que, no os extrañe nos tenga a todos sometidos y sin respuestas a los problemas que se acumulan, en esta sociedad absolutamente tras-tocada y sin sentido. Donde, como vemos, la corrupción pretenede instalarse sin castigo y sin asunción alguna de responsabilidad.
Por eso, no podemos seguir encogidos y bloquedos, sino expandirnos y salir. Intentar provocar que esto cambie, no desde reformas superficiales como pretenden las castas políticas, sino desde una revolución absoluta que recoloque y priorice los ideales, valores y principios.
Porque solo así podemos aspirar a dejar de ser borregos y ser libres, saliendo de este aletargamiento y esta confusión, que no solo es mental (aunque sí en gran parte), sino orgánica, institucional.