Todo menos la alegría
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Muchos de nosotros lo tenemos todo menos la alegría y eso es precisamente lo que muchas veces les sobra a las personas de países del tercer mundo. Ellos quizás no tengan apenas nada: ni zapatos, ni cama, ni agua corriente, ni electricidad, ni medicinas, ni cultura… Pero siempre, o en muchos casos, no les falta una sonrisa para regalarla a los demás, cosa que nosotros no tenemos.
Son felices con poco o con nada. Por eso hay una tendencia en alza que es que las grandes firmas comerciales, el 60%, dos de cada tres empresas de más de 500 empleados en España han puesto en marcha programas de voluntariado.
En Estados Unidos se realiza en casi todas las compañías. El altruismo intrínseco, la solidaridad, la voluntad de ayudar, es una acción buena que por otro lado mejora la imagen de la firma, además los voluntarios están encantados, y humana y espiritualmente se siente mejor.
En las empresas se habla de vacaciones solidarias. Un ejemplo la empresa CLH del Ingeniero Buendía organiza un programa llamado: “Movemos nuestra energía más solidaria”. Cuando explicaron en mi empresa un proyecto de colaboración con comunidades indígenas de Ecuador para montar una red de turismo de selva me pareció importante y me apunte. Descubrí una forma de vida totalmente distinta y me di cuenta de que se puede vivir sin necesidad de: móvil, internet y muchas otras comodidades y además se convive con los indígenas, se les enseña y se aprende de ellos.
Educar a jóvenes con deficiencias en un suburbio de Nairobi en Kenia ayudando a unas monjas que lo hacen habitualmente. Dotar de agua a comunidades rurales en Perú. Son otras experiencias alentadoras y muy especiales en las que hemos participado.
El Bilbaíno Asíer Marquina de 37 años, coordinador del voluntariado de Arcelor Mittal, una empresa gigante con 230.000 trabajadores, dice que el contacto con otras culturas es una de las experiencias más importante de su vida, a todos nos hace replantearnos nuestras prioridades y comprobar la superficialidad en la que vivimos.
La fundación telefónica en Colombia promueve un proyecto para erradicar el trabajo infantil y consiste en enseñarles cosas básicas a los niños, pues provienen: de familias desestructuradas con padres o madres en las cárceles, de niños de la calle: sin hogar, sin familia, sin cariño… La ayuda a los niños es especialmente gratificante. Tienen carencias pero siempre tienen para todos: una sonrisa, un gesto amable, un gesto de cariño.