¿Te apuntas? y luchamos contra la pobreza
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Con la web de Manos Unidas y la buena intención mía de hacer un mundo mejor; más justo, más rico en autenticidad y más rico en generosidad, hemos elaborado este artículo con todo el cariño.
Un cariño que quiero poner en todo para que el mismo conmigo siempre colabore y empuje robusteciendo en mi la capacidad para el amor.
Vivimos en un mundo en el que la indiferencia se ha globalizado.
Para transformarlo, debemos recuperar, desde la justicia y la caridad, el significado más profundo de la solidaridad expresado en la exhortación Evangelii Gaudium, del papa Francisco.
En 2015 se inicia la 56 Campaña. 56 años de trabajo y esfuerza, pero a la vez de logros y de importantes objetivos cumplidos que nos llenan de esperanza, pues descubrimos que el bien está a nuestro alcance.
“Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?”.
Queremos trabajar en favor de un modelo de sociedad que no excluya a los débiles, los más empobrecidos, los menos dotados.
Por eso, nuestros esfuerzos se dirigen a acompañar a los pobres entre los pobres.
Nos proponemos, además, denunciar las causas de la pobreza, colaborando con la puesta en marcha de acciones concretas para acabar con ella.
Manos Unidas es la Asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo del Tercer Mundo.
Es, a su vez, una Organización No Gubernamental para el Desarrollo, (ONGD), de voluntarios, católicos y seglares.
Tanto la sede de los Servicios Centrales como la de las 70 delegaciones de Manos Unidas están ubicadas en España.
Nuestra Misión es:
Luchar contra el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción.
Y trabajar para erradicar las causas estructurales que las producen:
La injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.
Es el Evangelio y la Doctrina social de la Iglesia, es que cada persona, hombre y mujer, en virtud de su dignidad e igualdad fundamental, sea capaz de ser, por sí mismo, agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su
desarrollo espiritual, y goce de una vida digna.
La cultura que orienta nuestra organización y la gestión de los recursos está conformada por los siguientes valores:
Valores finales:
- La dignidad de la persona, eje y fundamento de todo proyecto social, económico, político y cultural.
- El destino universal de los bienes, orientados a garantizar condiciones de vida digna para todos.
- El bien común, que se considera alcanzado cuando los derechos humanos son garantizados, respetados y promovidos.
- La Solidaridad, como determinación firme de trabajar por la justicia, de manera organizada y perseverante, por la vida digna de las personas más empobrecidas de la tierra, en África, Asia y América.
- La subsidiariedad, no imponiendo nuestro modo de ver y hacer las cosas, sino respondiendo a demandas de las mujeres y hombres de los pueblos del Sur y compartiendo con ellos la responsabilidad de su propio desarrollo.
ü El voluntariado como cultura del servicio y la gratuidad, como alternativa a la competitividad y el economicismo, en orden a la transformación más justa y solidaria de la sociedad. El voluntario asume las responsabilidades de los órganos de gobierno, dirección y gestión.
ü La austeridad en los gastos y en el consumo, orientada al compartir y al desarrollo de estilos de vida sostenible, respetuosos con el medio ambiente.
ü La cultura de la paz, construida sobre el diálogo, la reconciliación, la amistad y el respeto por la vida, no colaborando en ningún caso con acciones bélicas, partidistas o que impliquen violencia al ser humano o a la naturaleza.
ü La cooperación y la coordinación con otras organizaciones del Sur para atender las solicitudes de todas las personas en situación de exclusión, sin distinción de sexo, raza, país o religión. La independencia de actuación en la elección de campañas de sensibilización y en el apoyo a proyectos de desarrollo.
ü La calidad y la profesionalidad en todas sus actividades.
ü La transparencia en la captación, gestión y administración de los recursos, en orden a una mayor independencia económica.
Todos estos datos obtenidos de la web de Manos Unidas me parecen una síntesis extraordinaria de la grandeza de la solidaridad. Se ve claramente que el mensaje de Jesucristo está inmerso en estas palabras y en la labor de Manos Unidas.
Últimamente se habla mucho de la relación existente entre los ingresos de una ONG y lo que se dedica a solidaridad; y se ha descubierto que en muchas de ellas muchos millones de euros se quedan en el camino, no se sabe dónde; dadas estas circunstancias no sólo es bueno colaborar, sino saber dónde se colabora y donde realmente se usan los recursos con el fin deseado y no se despilfarran, o gastan inútilmente. Por lo tanto colaboremos, pero poniendo la cabeza y el corazón, la inteligencia y el amor.