(Del Libro. ESPAÑA. Cada Mochuelo a su “cazo”)

El humano tiene capacidad para desarrollar la genialidad impuesta desde la curiosidad del ¿cómo lo hago?

¿Tiene problemas para que sus autobuses den completa la vuelta en placeta de espacio reducido?

Pasen por Elantxobe en la provincia de Vizcaya y vean como lo han solucionado con que gracia e ingenio.

La llegada del autobús tiene poco de original en sí. Lo concienzudo llega en el momento que dicho vehículo se posa sobre una plataforma giratoria y está hace el trabajo de rotar encarando el autobús hacia el punto nuevo de marcha.

Esto sí que es obra de inteligente. Curiosidad y admiración.

La obra parece de miaja; solo para quienes interpretan el vals de las olas sobre colchoneta.

Pero ciertamente que tiene su miga y de pan blanco. Aunque ahora propongan cereales.

ELANCHOVE. Elantxobe. A cincuenta kilómetros de Bilbao. Este municipio de calles estrechas y empinadas cuenta; con otra singularidad. Sus casas se prestan a la retina en la imagen de una escalera de tejados (dada la inclinación del asentamiento) que tentacularmente llegan al mar.

Villa del siglo XVI que ha sabido dar al XX y XXI la modernidad necesaria sin alterar su estampa marinera.

Señores Munícipes de aquellos Ayuntamientos que metidos en despilfarro de compra de suelo para polígonos que nunca verán en ellos tejido empresarial (ver Aguarón en la provincia de Zaragoza) ¿A qué esperan para concienciarse de lo útil y lo fútil?

De lo útil: Plataforma de Elantxobe.

¿Lo fútil… Baladí. Frívolo?

Las obras faraónicas. Champiñones de corsario.

Polígonos. Tranvías. Aeropuertos. Multiusos. Mausoleos en los que se han enfangado al cubo Ayuntamientos Españoles.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay