Éste es un mensaje para todo aquel que quiera avanzar en la vida, comprender que está aquí por algo; y, además, que tenga el VALOR suficiente para confiar en un desconocido.
Confianza.¡ Qué ironía!
Ahora comprenderéis. Todo aquello de lo que os quiero hablar está resumido en ese primer párrafo.
Porque, pregúntate, ¿ qué es lo que te lleva a desconfiar de un desconocido?
No os estoy hablando de ése tipo de personas que se os acercan tambaleándose y os preguntan por el callejón más cercano, con un brillo ausente en la mirada. Tampoco hablo de aquéllos de traje y corbata, aquéllos, que, dicen, son aficionados a las marionetas.
Pongámonos en situación. Conoces a una persona. No sois íntimos, pero la conoces. Y siempre está sonriendo. Va por ahí con esa sonrisa. Te exasperan ese tipo de personas, porque es imposible que estén contentas todo el tiempo. Quieren quedar bien. Son FALSAS. Conoces a otra persona. Ésa, que siempre te pregunta qué tal estás. Evidentemente, sólo quiere meterse en tu vida. En realidad tú no le interesas. Es FALSA. Oh, y esa otra persona. Ésa que , aunque os conocéis, NUNCA te pregunta qué tal,qué te ha pasado, aunque te vea llorando. Y luego, aún por encima, te sonríe. Serán FALSAS.
¿Se entiende ya por donde va el problema? ¿ O debo mostrarme más irónico para resaltar la exageración de tus precipitadas y demasiado fáciles conclusiones sobre esta gente?
No te estoy pidiendo que cambies de actitud.
Te estoy pidiendo que reflexiones,
por qué tendemos a ver en los demás enemigos,
en vez de buenas personas.
Y ahora te planteo una pregunta un poco dolorosa: ¿ Cuál es tu actitud hacia los demás, si partes desde el hecho de que la gente es MALA? Es evidente, ¿ no? Si no crees que los demás son buenos, tú no te vas a esforzar en serlo. (cuántas veces habrás oído, que la gente buena lo pasa mal..)
La bondad es vista hoy en día como una peculiar virtud, algo que escasea, un bien preciado. Cuando alguien dice » yo soy buena persona» tú piensas » ¡ Ala, flipao! ¡ Dónde irás! Ya sabemos que de ésos no quedan. Tú eres como todos nosotros.» Te molesta más incluso que esas personas que ponen su cara de fondo de pantalla.
¡ PROTESTO! YO SOY, CRÉEME, BUENA PERSONA.
Soy buena persona, pero no soy perfecta. He mentido, he prometido y no he cumplido, he sentido pereza ante compromisos y los he evitado, he hablado mal de una persona que luego me cayó bien y no se lo dije, he criticado maneras de vestir, he sido egoísta, y todo eso no me ha aportado nada. Créeme si te digo que me arrepiento , que he aprendido.
» Demuéstramelo», me pides. » Perdóname», te pido.
Yo perdono, así te lo demuestro. Perdonando. Porque entiendo que tenía mi derecho a equivocarme como tú tienes el tuyo.
Y no te voy a despreciar porque alguna vez me hayas mentido, ya que seguro que había un motivo que te llevó a hacerlo, y sé que no estás orgulloso. No te voy a despreciar si algún día te has reído de mi ropa, porque seguro que iba como un payaso. No te voy a despreciar por ésa vez en la que quedamos y luego no podías, pero te vi con otros. Porque entiendo que no te apeteciese y yo tampoco habría sabido cómo decírtelo.
Y a pesar de todo, a pesar de que me hayas hecho algo que todavía no entiendo, no te voy a despreciar. Porque una vez Bob Dylan dijo «no critiques aquello que no seas capaz de comprender» y tenía razón. Y si a veces yo misma no entiendo por qué actúo de determinada manera, no puedo exigirte a ti lo mismo.
¿ Entiendes, ya, por qué tú también eres BUENA PERSONA?
Y si no lo entiendes, ¿ No has leído al principio de todo que ésta es una carta para aquel que tenga el VALOR de confiar en un desconocido?