Cartas al Director

Tu voz en la Red

Recesión Archive

viernes

10

enero 2014

0

COMMENTS

Un país en apócrifa reactivación

Publicado por , Posteado enOpinión

Como opción personal, si alguien quiere llevarle la contraria a la realidad, a pesar de lo incorrecto de tal decisión está en su derecho de hacerlo, por cuanto se trata de un ejercicio de libre albedrío y sobre todo de una práctica muy servicial para quien le plazca actuar como un completo zopenco o le agrade tirar de la quimera para satisfacer su vanidad; ahora bien, una cosa es el narcisismo disoluto y otra distinta elevar el egocentrismo enfermizo a rango doctrinal para hacer tragar a los demás con tan anacrónica excentricidad, y esto por increíble que resulte es la tendencia que viene siguiendo el PP y sus acólitos cuando a través de artificios, intentan vendernos humo, engañosamente etiquetado de aparente realidad.

Es perceptible que quien en su día utilizó las malas prácticas y la mentira para acceder al poder , actualmente por aquello del afianzamiento, mas que mudar de hábitos mantenga idéntico proceder, pues si así no fuera la seriedad se haría notar en la función del actual Ejecutivo, y sin embargo, lejos de todo cambio , cuando el país sigue en caída libre, los miembros del gabinete con Rajoy al frente optan por la artimaña de invertir la realidad de los hechos camuflando una nueva etapa de recortes tras un anunciado advenimiento de reactivación, proclama, que por inverosímil hace que percibamos con mas intensidad si cabe, que el futuro del país mas que estar en manos de unos dirigentes de solvencia probada está a expensas de la temeridad que instruye un hatajo de completos incompetentes que sin ser solución a nada si acentúan complejidad a la situación.

Por tanto, no se deben silenciar actitudes engañosas de quienes se dedican a alimentar falsas expectativas versionando a su antojo la realidad, pues en la actual coyuntura, mientras se mantengan la simulación como práctica política es harto improbable que pueda darse el mínimo síntoma de reactivación, y eso es así por mas mensajes subliminales que difunda un estrafalario Rajoy, por cuanto, intentar cambiar el país asumiendo como propias las directrices impuestas por los mercados financieros, mas que preservar el funcionamiento positivo de la economía es apostar por su retracción, siendo tal práctica un distintivo de quien voluntariamente, a espaldas de sus electores, ejerce gustosamente como hijo adoptivo de los progenitores de la crisis.

Cuando la estructura productiva del país se hunde en la vorágine causada por los artífices de la regresión económica, es una entelequia del PP anunciar visos de solución, y cuando ello se produce en un escenario como el actual donde cada día cierran alrededor de 200 pequeñas y medianas empresas y se destruyen 2.300 puestos de trabajo, entonces, sostener tal afirmación se ha de percibir como una falacia con ánimo tergiversador, cuya única finalidad no es otra que escabullir el fracaso de sus políticas de reactivación como lo indican las 680.000 firmas mercantiles que han cesado su actividad y las 994.000 personas que han perdido el empleo, y todo, durante el bienio negro del mandato conservador, deterioro laboral al que en idéntico periodo hay que añadir los 198.000 jóvenes dados de baja del paro por su «espíritu aventurero», por ese impulso a la excursión que durante años, equívocadamente, mal llamábamos emigración.

Mientras esto ocurre y la cultura de la producción y el empleo sigue a ras de suelo, su antónima, la «economía de casino» no cesa de festejar excedidos beneficios y desorbitados estipendios especulativos, logrados, a costa de apropiarse del producto de una arbitraria austeridad y de los recortes aplicados a la política de bienestar, siendo un referente de tan escandaloso escamoteo la ventajosa situación de la banca genuina, quien en coincidencia con el rescate europeo de 41.000 millones y al mismo tiempo de recibir la inyección de 108.361 millones de ayudas públicas, tan solo en el año 2013 llegó a duplicar sus beneficios embolsando hasta el tercer trimestre la nada desdeñable cuantía de 6.702 millones de euros.

Incoherente paradoja, máxime si este resultado se produce cuando la banca cierra el grifo a las empresas y lo abre a las Administraciones Públicas a través de una desacertada decisión de parcialidad económica, por cuanto al dar preferencia a ese vuelco, nueve de cada diez empresas se vieron ahogadas por la restricción crediticia de esas entidades financieras a las que el Gobierno por permisividad ventajista les autoriza que campen a sus anchas al margen de toda regulación, sin guardar disciplina de conducta ni cumplir con el objetivo de su función social.

La gradual deriva del PP hacia postulados de ultra derecha hace que sus políticas por reaccionarias asusten al miedo y apesten a involución, de no ser así, habrían de entender que la verdadera dinamización solo tiene en la economía productiva su aliado natural y que toda versión ajena a esta alianza surtirá efecto contrario al previsto, conduciendo hacia un permanente estado de recesión, complejidad, que motivará que el país siga su ritmo endemoniado hacia el desastre, y todo, por la absurda pretensión de quien intenta poner remedio a la crisis a golpe de una apócrifa reactivación.



viernes

18

octubre 2013

0

COMMENTS

Unos presupuesto de más recesión

Publicado por , Posteado enOpinión

Lejos de tratarse de una disminución pasajera de la actividad económica, en este país, la recesión se eterniza con el paso del tiempo, y todo, como consecuencia del carácter consustancial de la misma con la defensa que el actual Ejecutivo del PP mantiene en relación a las políticas de austeridad, añadiendo a ello, la complicidad de hacer suyos los intereses particulares de los mercados financieros y la banca, objetivos, que a pesar de su perniciosa influencia, son maquillados con el engañoso afán de otorgarles condición de aparente utilidad para la reactivación económica, así como, excelencias repercutidas para supuesta ventaja del interés general.

Falsificadas e inconsistentes cualidades, pues si evidente fue el papel de la banca y los mercados financieros como principales causantes de la crisis, no es menos cierto, que la estricta austeridad no hizo mas que acrecentar la dimensión de la misma al impedir toda probabilidad de reactivación y crecimiento.

De ahí que, ante la prevalencia de tan embaucadores propósitos, solo quepa calificar como parodia las afirmaciones de acompañamiento realizadas por destacados miembros del Gobierno, cuando, sin reparo ni continencia, a viva voz, manifiestan que los Presupuestos Generales del Estado – (PGE 2014), marcan el fin de la recesión, el arranque de la reactivación económica y la demostración que las políticas del gobierno están dando sus frutos. Excesivo disparate para un solo titular, y además, muestra evidente que no solo sufrimos una crisis económica, sino que, también padecemos una crisis dirigente, la protagonizada por unos confabulados políticos, que faltos de todo remedio, prosiguen ahora con la frívola obsesión de invertir con falsedades la realidad de una compleja situación.

Sumidos en el periodo mas crítico de la historia reciente, cuando despuésde las drásticas medidas de ajuste en la esfera social, correspondería darle una oportunidad a las políticas de crecimiento, lejos de versiones opuestas, el gobierno del Partido Popular (PP), mantiene su obstinación de proseguir con la reducción del gasto público y la profundización en el sistema neoliberal, y esa que no otra, es la verdadera interpretación que se desprende del proyecto de estas cuentas anuales, que para nada son expresivas de poder dejar atrás la recesión.

Resultando obligado confirmar que estamos ante un documento presupuestario en clave continuista, exento de cambios sustanciales, sin expresión innovadora, ni modelo conductor a la transformación económica; siendo su nota dominante el vacío de planteamientos alternativos a la crisis; condición indicativa que pone de manifiesto que este proyecto de presupuestos, sin establecer solución alguna a la problemática actual, si recalca la gravedad de un futuro poco esperanzador, y eso es así, por mas difusión que prediquen esos iluminados que contra la dominante oscuridad anuncian percibir luz al final del túnel.

Suprimiendo toda proclama publicitaria de apología a la confusión, es manifiesto que, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2014, en lo que al aspecto de la economía productiva se refiere, no establece contención a la evolución de la crisis, y tal carencia es sin duda el mayor freno para la reactivación y la generación de empleo; aspecto agravado en mayor medida, al ignorar en su contenido la obligada transformación que precisa el modelo productivo, como imprescindible remedio para cimentar un renovado y alternativo modelo de desarrollo; carencia acrecentada con la desatención a las necesidades en I+D+i civil, cuya consideración resulta inevitable, para lograr la necesaria correlación entre el posicionamiento competitivo y el impulso a la innovación.

Habiendo de acumular a lo anterior, la total carencia de medidas para la estimulación del crédito, cuya fluidez, es imprescindible para alentar el crecimiento sostenible; al igual, que para la pervivencia y estabilidad del las pymes y autónomos que conforman la hoy debilitada estructura productiva.

Singular limitación, máxime, cuando actualmente es el propio Gobierno quien ostenta la propiedad de la tercera parte de todo el sistema financiero del país.

De ahí que aparte de no merecer ni la mínima credibilidad, resulte un completo contrasentido definir como presupuestos de la «recuperación», aquellos que además de seguir ahondando en los recortes, cierran el circuito del crecimiento y la expansión.

Unos presupuestos como los presentes, que llevan impreso el marchamo de la economía especulativa en su portada y la letra de los mercados financieros y la banca en su redacción, obviamente, no contienen directivas de estimulo para recuperar la función social de la economía, pero si impulsos a las políticas de austeridad que defiende el Partido Popular (PP) y que tan buenos resultados depara a sus protegidos, que en síntesis no son otros que los verdaderos instigadores de la situación.