¡Curioso…! Curioso.

María Antonia Iglesias González. Dicen que la música amansa y daría a pensar que las nanas pudieron ser compañeras de sueños para la periodista.

Su intervención en las tertulias; no da a creer en la dulzura. Salvo que su agria compostura le venga de un vino amargo.

Quedarse a escuchar por entero el programa cuando ella se encuentra presente ha de ser un acto de penitencia y lo más recomendable; buscar un canal donde las malas caras están ausentes.

Se confiesa católica y de sintonía monárquica. ¡Que no está mal! Siendo su derecho en pensamiento.

Pero lo que lleva a sorpresa (por ser esta persona la que a todo le saca punta) es oírlo decir de su boca y con mansedumbre.

¡Inédito! ¡Inaudito!

Lo dicho. Dicho fuera hace contados días. Y aun teniendo por cara la misma su actitud era totalmente diferente. En saber estar y comportamiento.

¿Estar de acuerdo en algo…? ¡Ya es un respiro con ella!

Se confesó Católica y salió al encuentro (moderadamente) contra aquellos que intentaban deslegitimizar el comportamiento de la Monarquía. Un análisis convencido.

De entrevistadora; ahora tertuliana.

La periodista que el 23-F se encontraba en el Congreso de Diputados (como informadora) y que ha entrevistado a Presidentes, Políticos o Miembros de la Iglesia Católica es colabora en el diario El País. Lo que podría traer dato de su comensal político.

¿Monárquica? En todo caso alegar lo positivo que ha tenido y tiene el Reinado de Juan Carlos I para España es digno de una mente reflexiva; aunque, se pasara un poco en dignificar el paso por África que tantos sinsabores le ha proporcionado al Monarca.

Cambiar el curso de aquella tertulia que en visos de acercamiento catastrófico a la Edad Media llevaba el Señor Tardá de ERC (amigo incondicional de CiU a sabiendas de todo lo que arrastra este partido en sus filas) fuera conseguido por los Señores Terstch y Éxposito.

Con lo repetitivo que viene siendo el discurso de los independentistas. Suyo lo hizo el Señor Tardá. Mitin incluido.

Lo cierto es que algunos de los nacidos en Cataluña (o apegados) siguen anclados en un pasado de rencor. Y en lugar de abanicar podrían estudiar. Lo que en realidad de los suyos llevan arrastrando por adquirido. Exprimidos como cítricos.

En desdicha de sus “pelas”… A los Catalanes siguen gobernándoles “familias”.

¿Y la Señora Iglesias?

¡Estuvo de lo más digna!.

Carmen Amigó y Pérez Mongay

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