Los jueces al parecer en la actualidad son la esperanza de un país desolador y maltratado injustamente. Gracias al juez Castro se ha imputado a la Infanta devolviendo al país un suspiro de esperanza en el sistema legal. Y paralelamente muchos otros jueves redactando informes contra los desahucios de los cuales quienes los deberían defender son los políticos, pero ya se ve que ellos no le dan una importancia primordial. Son esos jueces los que sí tratan a los ciudadanos por igual y que actuando justamente escuchan el clamor que se siente en las calles.

Políticos importantes que llevan las riendas de este país son los que deberían coger ejemplo de este tipo de jueces que aplican la ley ante cualquier caso que se les presente, ya sean personas de la realeza o de la calle.

No somos unos pocos los que estamos metidos de lleno en esto, somos todos, y de la misma manera seremos los escombros arrastrados por un gran tsunami por falta de espíritu reivindicativo de que existimos y tenemos nuestros derechos. Con todo ello se quiere dejar destacado y subrayado que la ley es igual para quienes interesan, ya que el pilar fundamental que sostiene prácticamente todo es el dinero. Ahora el dinero es poder y prestigio y el verdadero poder está en el conocimiento, en gobernar de manera legítima.

Como dijo Platón “Que gobierne el más sabio y apto para el poder”

POR EL ORIFICIO

De entre los adjetivos que he extraído de la prensa escrita de hoy, sólo se aproxima y ajusta a la situación creada por la Consejería de Justicia con la Justicia Gratuita el término INDIGNO que, no obstante, desecho pues me parece suave en exceso, melifluo e hipócrita, poca cosa o una nadería como diría el castizo, siendo que las tripas me piden que acuda a exacerbos y términos más gruesos y contundentes en aras del mayor rigor y precisión que un ESCARNIO de estas dimensiones exige.

Para aproximarme a la realidad RUEGO ATENCION o para usar expresión contemporánea OJO AL DATO, como díría el último zascandil del gobierno que nos ha tocado en rifa y que parece manejar estos asuntos como una batea mecida por las mareas de las rías gallegas:

Si la todopoderosa “Consejería” de “Justicia” decide no otorgar la Justicia gratuita pongamos por caso a un indigente, o a un delincuente habitual (o no) cuya última voluntad sucesoria puede que sea la de ofrecer sus datos de solvencia e ingresos, o ciudadano extranjero que desconoce no ya sólo su domicilio sino en algún caso su propia identidad, o a quien no está dispuesto a abandonar su precario trabajo para conseguir una documentación en el plazo perentorio de diez días o simplemente a quien no le da la real gana de dar la información a quienes le parecen (a él…. líbreme el altísimo) una pandilla de burócratas impresentables, el abogado de oficio en suerte (en el sentido taurino del término) tendría que iniciar jura de cuentas a fín de cobrarse sus sufridos honorarios objetivo de por sí más complicado que envolver para regalo un triciclo con papel cebolla.

El letrado de oficio entonces, sabedor que ahora lo es de “orificio”, no podrá aunque no cobre, renunciar entonces al cliente como lo haría con cualquier otro hijo de vecino de este o del otro lado del charco, sino que por razón de su designa por el “orificio” tendrá que tramitar y defender meses……..- exceso de optimismo rectifico -…… años, ese asunto con la gratificante e impagable sensación que da el saber abona de su propio peculio la gasolina, las fotocopias, las comunicaciones y su tiempo que al fin y al cabo es su dinero con lo que ahora, por fín, con los retortijones que le provoca esta última lavativa, entenderá el verdadero sentido de la gratuidad de la Justicia. Es él quien exime de su pago, es él quien la subvenciona, es él, quien agachado levanta su toga hasta su astada coronilla y exhibiendo las nalgas grita….es gratis……es gratis….

Tiene difícil la Consejera en este caso y si surte efecto la llamada a la rebelión de los escarnecidos, sacar los conocidos títeres y sombras chinescas de la política, pues las ridículas “indemnizaciones” están muy lejos de los pingües emolumentos de un controlador aéreo y más cerca de los del gorrilla espontáneo del aparcamiento de un Hospital Público. Tiene difícil acudir a imágenes evocadoras de las series americanas, pues aquí, el deportivo más utilizado es el A, no de Audi sino de zona A del Abono Transportes, y en el mejor de los casos se trata de un utilitario que supera los 200.000 kms de garbeos por rincones de la Comunidad que la Sra Consejera a buen seguro sólo ha pisado con su dedo índice en el mapa de su despacho. Tiene difícil convencer al vulgo de que este es un colectivo más de niños mimados que protestan por defender sus privilegios porque nuestro trabajo digno a pesar de la charlatanería de los políticos, es la primera línea de la justicia pues es en esta sección de alcantarillas nuestra especialidad de pocería y desatrancos impide que todos los días, el hedor de los desarraigados, de los olvidados, de los indefensos llegue a las tupidas alfombras de sus despachos.

Consejo del Guerrero
Abogado