Nunca lamentaré lo suficiente haber acudido a la convocatoria de estos individuos (Home XXI). Se colocan una bata pero carecen de cualquier tipo de cualificación profesional relacionada con la sanidad. Utilizan técnicas comerciales agresivas con los ancianos, incluso delictivas (¿se han dado cuenta de que fotocopian los carnets de identidad de todos los asistentes?) Se escudan en el derecho de admisión para rechazar sin explicación alguna a quien no les parece suficientemente manipulable o influenciable, tras hacerles desplazarse y perder toda una tarde. En un hotel del polígono industrial de Fuencarral, calle Xaudaró, una tal Señorita Parra (por su aspecto y formas dudo que llegue a ser señora) rechazaba a posibles clientes que sí cumplían con las peculiarísimas condiciones exigidas por ellos con una educación casi prostibularia, exigiendo documentos tan privados como: Libro de familia, Certificado de defunción a las viudas, pero, eso sí, escaneando los DNI sin permiso ni conocimiento de los asistentes.
En fin, piénsenselo bien antes de permitir que les manipulen, utilicen, engañen o simplemente se rían de ustedes tras hacer negocio a su costa, intentando venderles cosas que no necesitan con cuestionables virtudes terapéuticas y más que ciertos riesgos graves para la salud.

P.D

La susodicha «Señorita Parra» se llama en realidad SEÑORITA Zarza. La anterior se agarraba a todo; ésta pincha y hace daño