No veo yo ni líderes con peso entre los electos de la política actual, ni tampoco repúblicas salvadoras en el horizonte. El 15-M, no necesita además de más ideologías, ya sean estas de dcha, centro o izda, ni tan siquiera de líderes salvadores, sino de método y organización; de señalar y abordar la situación desde una red ciudadana verdaderamente consciente, solidaria y decidida. Y examinar las prioridades urgentes, empezando a continuación a hablar sobre los problemas-raíz causantes de nuestros desajustes. Lo demás, creo, van a ser brindis al sol.
Tanto bombo mediático inicial, tanta polémica sobre Podemos (es sabido, por los que conocen cómo funcionan las cosas, que aquello contra lo que uno lucha, se refuerza)… a mi me huele raro, muy raro.
Como propuesta, considero debemos dar pasos hacia una red ciudadana consciente, a la que el poder y sus elementos de propaganda, por cierto, temen más que gato escaldado al agua.
La consciencia, para empezar, se favorece –aquí no habrá dudas, supongo–, mediante la educación en auténtica libertad. Que implica responsabilidad, claro. Pero responsabilidad, que nadie se lleve a engaño, tampoco es aceptar la carga impuesta sobre nuestras espaldas, no, sino que significa responder con habilidad. Esta respuesta hábil exige de cada uno de nosotros reflexión, poder saber lo que pensamos o sentimos y que, precisamente, es lo que esta sociedad nuestra, hiperocupada –empezáis a entender la razón de ello–, no favorece. Lo común, prácticamente único, es irse a lo anecdótico, lo superficial, y reaccionar primariamente ante la carnaza que vierten los medios de comunicación.
Tenemos que aprender, por tanto, a responder a los retos que se nos presentan no con más de lo mismo, sino con auténtica sabiduría. Y esta tiene varios componentes. Además del conocimiento elemental básico, es generosidad, honestidad, trasparencia… Y se afianza sobre la conciencia de abundancia, no de escasez, como nos han programado para que compitamos.
No podemos seguir, por ello, siendo «pardillos», ni engañarnos, ni ceder ni un ápice a la manipulación y las mentiras orquestadas.

El país en que vivimos
A veces pienso en el mañana, me preguntó qué será de mí en un futuro próximo. Lo cierto es que no obtengo una respuesta clara. La situación en el país es francamente desoladora. Hemos entrado en un laberinto en el que la salida permanece oculta. El paso de algunos políticos junto con la ambición de la gente ha hecho que encontremos en España un panorama muy complejo. Vemos cada día como miles de personas pierden su puesto de trabajo después de años de sacrificio y dedicación. El futuro de muchas de estas personas es realmente una incógnita.
Me entristece mucho ver como familias enteras son desalojadas de sus casas sin ningún tipo de compasión. Es un hecho vergonzoso, ya que esas personas van a la calle por culpa de las entidades que han provocado la crisis. Además estas entidades se adjudican las viviendas. Muchas personas han decidido terminar con todo y se han quitado la vida. Me pregunto cómo es posible tanta injusticia y tanta mezquindad.
Esto puede considerarse terrorismo encubierto. Personas que no se manchan las manos de sangre, pero que sin duda empujan a la gente al suicidio. La clase política no hace nada por parar esta sangría. La respuesta del gobierno es recortes y más recortes. Un círculo vicioso que parece no tener fin.
Sinceramente me avergüenzo de vivir en un país así. Las oportunidades de trabajo son mínimas, no se apuesta por el progreso. Como decía “Eskorbuto” en su mítico tema “Cerebros destruidos”; el presente es un fracaso y el futuro no se ve. Esta situación no sé como desencadenará.
Por otro lado la corrupción está a la orden del día. En muchos de los ayuntamientos españoles hemos visto como alcaldes o concejales se han apropiado de dinero público con total tranquilidad. Sin duda la aparición de Iñaki Urdangarín y su presunta estafa en el instituto Noos ha puesto este tema todavía más de actualidad. Con mucha seguridad el Duque de Palma no pisará la cárcel. Esto es un hecho muy injusto que abre el siguiente punto a mencionar: La Justicia, o la injusticia en muchos casos.
Esto merece punto aparte. Hubo una vez en la que un señor de nombre Pedro Pacheco afirmó que la justicia en España era un “cachondeo”. Creo que no le faltaba razón. La justicia no existe en este país. Las leyes son irrisorias agrandando el problema la fatídica doctrina “Parot”.
Es una vergüenza que queden sueltos asesinos confesos, sanguinarios sin escrúpulos… Son muchos los casos. Hemos visto como asesinos de E.T.A. se reían de toda la sociedad, convirtiendo sus juicios en auténticos circos. Como un muchacho ninguneaba a toda la policía de Sevilla y no aclaraba en ningún momento donde estaba el cuerpo de la joven que había asesinado.
En otro apartado está la ley del menor, algo totalmente tercermundista. Chavales que han cometido asesinatos y por el hecho de no tener la mayoría de edad tan solo permanecen varios meses en un centro para posteriormente salir a la calle como un ciudadano más.
Sangrantes son los casos en los que una persona pasa media vida en prisión sin cometer delitos de sangre, mientras auténticos asesinos están en la calle sin haber cumplido ni un tercio de su condena. Instituciones Penitenciarias y El Ministerio de Justicia se amparan en el hecho de que el preso muestre buen comportamiento o colabore en la prisión para reducir la pena. Es algo triste. Tienen más derechos los asesinos que las propias víctimas. El nuevo ministro de justicia, el señor Gallardón debe hacer un esfuerzo por acabar con esto. Es indigno.
Veo esta situación con mucha pena y a la vez mucha rabia. Me pongo en la piel de esas familias que no solo tienen que soportar la muerte de un ser querido sino que encima ven que no se hace justicia.
Sin más quiero despedir este escrito pidiendo a las autoridades que hagan algo, que acaben con la desastrosa situación actual y que podamos presumir de haber nacido en España, porque en este momento personalmente no me siento orgulloso de ser español.

Antonio Molero Osuna 14 de abril de 2014

Conozco una camarera, dice que, lleva trabajando más de 10 años en esta cafetería donde la he conocido. Su jefe me dice que cierra el bar, que ya no puede mas, está harto de luchar y pelear por su negocio, no da beneficio, cada vez emplea más esfuerzos, tiene que pagar mas impuestos, para que al final de mes, solo cobren: el banco y las administraciones públicas.

Se va del país, se lleva sus ahorros y empieza en otro lugar, otro país.

La camarera, mi conocida, tiene un sueldo de 1100 €, líquidos, sueldo bruto son 2100 €, ésto quiere decir que la administración se lleva 900 €, por el esfuerzo de esta trabajadora.

De ésto deduzco y calculo; 900 €, cobrados por la administración, por 10 años laborables completos sin interrupción, sin bajas por enfermedad, suman,

108.000 €. Esto es lo que ha cobrado la administración, sin sumarle otros impuestos; el de la renta, IBI, y otros más. Ahora esta chica, va a sumarse a las listas del paro, la administración le va asistir con un paro de dos años máximo, con una asignación aproximada de 600 €, al mes.

También tengo que decir que mi amiga tiene que seguir pagando la hipoteca, le queda para cancelar la deuda en el banco una cantidad similar a la que ha pagado a la administración.

Ya no voy a seguir calculando, cada uno es libre de seguir haciendo conjeturas y valoraciones. Si tengo que decir, que después de consumir el paro, para cobrar una ayuda, está supeditada a muchos factores, soltera, casada, etc….

Alvaro  Villa Rey

Toda esta aborigen de una España precipitándose en increíbles abismos, se podría intentar resolver  manifestándose, fuera de los entornos políticos, en las calles, pero: sin violencia, sin banderas partidistas; sólo por el bien de los españoles y de España. Por una España democrática pero libre de la lacra corrupta actual.

Las manifestaciones han de estar:

Lejos de los políticos

Lejos de los sindicalistas

Lejos de los partidos nacionalistas

Sabiendo que la monarquía tampoco ofrece estabilidad,  ni arriesga nada.

Por lo tanto no  aceptando de ningún modo manifestaciones encabezadas por políticos y sindicalista.

Sabiendo  también que los partidos minoritarios van al sol que más calienta, puesto que saben que nunca van a tener responsabilidad  política;  pero ellos quieren seguir en la poltrona ocupando cómodos  puestos sin tener que arriesgar nada.

Nada de banderas ni de pancartas preconcebidas

Manifestando siempre la repugnancia hacia lo corrupto.

Manifestando siempre nuestra disconformidad con el despilfarro político y sindical.

Manifestando siempre nuestra disconformidad con las dietas y alta disponibilidad de medios de la clase política y sindical que no va en consonancia con la vida española.

Sin violencia

Dar a conocer el elevado número de políticos que en España sobran; y sobran además: un alto número de funcionarios elegidos a dedo por ellos mismos; y sobran además los enchufados: familiares o no, de esos políticos; y ¡cómo no! sobran los corruptos; corruptos que estos políticos, que reiterándome vuelvo a decir: sobran, han encubierto y protegido para el bien de ambos y durante muchos años.

Manifestando siempre el deseo de paz y concordia de estas manifestaciones silenciosas.

La paz es la bandera de los que defienden: la verdad, la coherencia y la autenticidad.

Siempre respeto y tolerancia, ¡esto por encima de todo!

Nelson Mandela

Educadamente, respetuosamente, silenciosamente; huyendo siempre: de los extremismos, de los vandalismos; y: de los oportunistas, de los gamberros y sinvergüenzas, y por supuesto de los ultras de derechas o de izquierdas da igual.

Ante la duda, si nos increpan, mejor callar y seguir: no desafiar.

Ante los insultos: respeto, tolerancia e indiferencia.

Ante las voces: calma, disciplina y orden.

El silencio, la constancia, la presencia física y la austeridad del cartel que anuncia la actividad es la mejor arma.

Tenemos que ser conscientes de que para derribar: esta democracia tristemente dictatorial; esta democracia deplorable que vivimos; esta democracia en donde abundan los: enchufados, partidistas, bribones, caraduras, corruptos, mentirosos; para derribar estos muros de falsedades y engaños se necesitan personas que vivan los valores de: la verdad, la autenticidad, la sensatez, la lealtad a unos principios, la honestidad y la sensibilidad ante  los problemas.

Estas IV pinceladas, que describo a continuación, son un ejemplo de lo que se debe y de lo que no se debe hacer y también de lo que en mi opinión ya se hizo mal desde los comienzos:

Nelson Mandela estuvo 27 años en la cárcel y desde ella conquistó la paz y la armonía en su país: sin violencia y sólo con el arma que al final vence: la coherencia y la honestidad.

Misioneros en África (Madagascar) Ejemplos de paz y justicia

Felipe González llegó al poder manifestándose multitudinariamente y en muchas ocasiones por el derecho de Andalucía a la autonomía, lo que  posteriormente fue el origen de las XVII comunidades autónomas; no puso  el mayor reparó a la multiplicidad de autonomías, pero él por este camino llegó al poder.

La Constitución fue aprobada después de que, puesto que no había consenso, se juntaran los más importantes dirigentes de los partidos que no aceptaban la Constitución en un restaurante y allí, no sabemos con qué y por qué, en los llamados pactos del mantel, se pusieron de acuerdo para aprobar 25 artículos de la Constitución Española.

Los llamados: “pactos del mantel”  están detallados en los relatos históricos de la periodista gratamente reconocida en los ambientes políticos y sociales de aquella época: Victoria Prego.

En una entrevista reciente Felipe González manifestó que una vez que se aprobaron las autonomías ya no tenían sentido las diputaciones provinciales, sólo se dejaron provisionalmente hasta que se constituyeran las autonomías y no quedará un vacío legal; y yo digo cómo es posible que durante tantos años sigan aun existiendo ¿por qué no se han eliminado ya? ¿Se puede justificar esto de alguna manera?

Triste relato de unas historias en las que parece que cada uno fue a lo suyo.

Por lo tanto son necesarias las pequeñas y grandes manifestaciones, unas y otras constantes y siempre pacíficas: sin violencia, día a día, sin perder el ánimo, apoyados en una firmeza imprescindible; de esta manera se irá minando la clase política que se verá desbordada y preocupada y entonces quizás descubra que es necesario actuar para resolver el grave problema.

Hay 5 personajes históricos que han luchado: por la justicia y por la paz y por la concordia entre los pueblos de una manera magistral, son: Juan Pablo II, Gandhi,

Martin luther King

, Nelson Mandela y Teresa de Calcuta.

Todos ellos son una muestra de la victoria sobre la intransigencia y sobre la insolidaridad a través de la mejor de las armas: “La paz”.

La paz y la constancia en el empeño: un día y otro día, sin decaimientos y a través de la persuasión por medio de la palabra y del ejemplo.

Con la bandera de la paz conquistaremos el mundo y construiremos una civilización en donde prevalezca: la justicia, la concordia, la libertad y la paz.

De nada han servido los cambios estructurales habidos a lo largo de la Historia, y estamos en el momento de abordar el Cambio definitivo, no a la manera acostumbrada, sintiéndonos culpables de todos los errores pasados, o rechazando y maldiciendo lo que hemos sido o somos, sino, muy al contrario, aceptándonos, sin condenas, pues todo lo que hemos equivocado en el camino es parte del proceso de nuestra evolución.
Debemos mirar adelante pues, e imaginar y conectarnos con nuestras mejores versiones personales, como si el tiempo pasado no existiera y dejara de pesarnos, como una losa en ocasiones.
Este Cambio que exigen los nuevos tiempos no va a ser hacer meras modificaciones en nuestra forma de vivir, sino que, desde nuestra libertad y el respeto a nuestro libre albedrío, nos va a obligar a abrir los ojos definitivamente y despertar de la pesadilla en que hemos convertido las relaciones personales, sociales e internacionales. A evolucionar desde la faceta de “animal racional”, que compite y trata de sacar el mejor partido, a la de “ser humano” que comprende su realidad espiritual, esa que le conecta con otros seres con los que colabora.
Equivocaremos el camino, como he dicho, si no dejamos de juzgarnos y culpabilizarnos por nuestros errores, y no nos centramos en ese Cambio, personal y general, sin culpa.
Y esto no es ingenuidad, como cantarán los cínicos, sino comprensión. Comprensión de que no somos seres que estamos aquí para meramente subsistir, para luego irnos igual que hemos venido, sino que nuestra vida tiene un fin, un sentido.
Al abrir los ojos a los sucesos del Universo nos damos cuenta de que existe una inteligencia que une todo, cada organismo, cada organismo, cada mundo, cada galaxia, el universo entero; que poseemos en nosotros la semilla de esa misma inteligencia, además del libre albedrío para desarrollarla y que el sufrimiento debe ser entendido no como morboso castigo, sino como una necesidad, inevitable, para eliminar las capas de inconsciencia que el tiempo ha acumulado sobre nuestras conciencias y la de nuestras sociedades.

Los de nuestra generación, crecimos con la idea de tener que “labrarnos un porvenir”, donde compitiendo con otros, debíamos afianzarnos sobre una sólida “propiedad privada”. Y ojito con relajarnos, pues existían duros competidores ahí fuera que estaban siempre atentos a “jamarnos la tostada”.
Esas coordenadas mentales nos habían inculcado, tras una época de escasez, incluso de alimentos. Y así, tras la guerra, como estaba previsto, fuimos despertando poco a poco y entrando en una de abundancia.
Aunque la ansiada abundancia no trajo la felicidad que esperábamos, sino que trajo, paralelo a ella, ambición, deshonestidad, dependencia y adocenamiento entre otros. En resumen: desequilibrio progresivo, estrés y aumento del malestar general, el uso de medicamentos y de drogas, además de un crecimiento de enfermedades psicosomáticas.
Este obeso “Estado de bienestar”, como era de prever por muchos, comenzó a reventar por sus costuras, y a enseñar ante la opinión pública sus vergüenzas. Es más, de repente, empezó también a desaparecer, a dejar de tener medios, recursos, a perder autonomía propia, pues sus decisiones ya no dependían de él, sino de instancias más altas, invisibles muchas veces, inaccesibles al ciudadano común.
Nos habíamos dado cuenta, como de repente, que nuestras vidas ya no dependían de nosotros, sino de altas instancias, extrañas, infectas de corrupción, ajenas por supuesto a nuestras auténticas necesidades. Estábamos viendo como ese porvenir que creíamos sólido era una auténtica ficción y, la nueva casa, además de una ruina para la gente común, se estaba construyendo por el tejado.
Fue entonces cuando –es un amago de futurología– muchos valientes decidieron salirse del Sistema, buscando afianzar sus vidas en otros pilares, propios, no exclusivamente materiales, buscando además la salida no en la competición por los bienes que escaseaban –consumidos además sin consciencia– sino en la colaboración con otros iguales, en el equilibrio entre su trabajo y su persona.

Estudiando y reflexionando, desde hace muchos años y en muy diversos ambientes, la situación actual española detesto una crisis importante en cuestiones muy importantes y básicas, cuestiones sin las cuales es imposible crear una sociedad: moderna, productiva, equilibrada, responsable y abierta a todos los retos actuales; algunos se empeñan en crear su propia sociedad del bienestar y no la sociedad del bienestar de todos; es por ello por lo que muchos ciudadanos españoles, entre otras cosas, quieren  dividir y  destruir la unidad de España, resquebrajar la plural diversidad de nuestra nación española; a otros sólo le interesa la riqueza personal al precio que sea y ese precio a veces es el hundimiento y  la miseria de los demás, roban y roban saltándose cualquier norma y ley; otros matan para conseguir su objetivo; otros desprecian a todos: sea quien sea y caiga quien caiga; otros buscan el poder o una plataforma de fama y ostentación; y entre todos, unos y otros, estamos acabando con la estabilidad de: pueblos, ciudades, sociedades, naciones, culturas, religiones, vidas; estamos acabando con el entramado del planeta y con el entramado necesario para el bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos. A continuación enumeró una serie de crisis que pienso están muy presentes en la sociedad española y podríamos decir que en general en la sociedad de nuestro mundo globalizado e interrelacionado; un mundo, que cada vez más, ha de ser de todos y para todos. Esta enumeración nos puede servir para ir resolviendo realidades y no problemas abstractos y generales; este es mi criterio sobre la crisis, enumero:

Crisis  económica, crisis ecológica, crisis en la conservación del planeta, crisis de arte, crisis de valores, crisis en los espectáculos, crisis en el cine y la televisión, crisis en el concepto de televisión basura, crisis informativa, crisis política, crisis democrática, crisis constitucional, crisis religiosa, crisis de liderazgo, crisis de ideales, crisis autonómica, crisis educativa, crisis monárquica, crisis familiar, crisis matrimonial, crisis laboral, crisis de nuestra identidad como nación, crisis de confianza, crisis de tolerancia, crisis de respeto, crisis histórica, crisis universitaria, crisis ética y moral, crisis de libertad, crisis de personalidad,  crisis sindical, crisis estructural, crisis sociológica, crisis en el control de las emociones, crisis de paz, crisis de entendimiento mutuo y comprensión, crisis de solidaridad, crisis de honestidad, crisis de cariño con los más cercanos, crisis del valor de la vida, crisis en la unión europea, crisis del bienestar, crisis legislativa, crisis en las relaciones laborales, crisis en la globalización, crisis en los derechos y deberes de cada individuo y de cada sociedad, crisis intercultural, crisis en la aportación de los medios oportunos para eliminar el hambre en el mundo, crisis en la relación entre vocación y trabajo, crisis de responsabilidad y crisis en la salud.

(Del Libro. ESPAÑA. Cada Mochuelo a su “cazo”)

La celebración de la marcha de un año es celebrada con festejo y en algún lugar de arcas vacías hasta con fuegos artificiales y traca.

¡Marcha 2013! ¡Copas en alto! Mientras oros juegan a cumbres y paraísos allende.

Marcados por la baraja en palos y espadas… El alborozo cunde en ciertos y aireados lugares mientras en hogares manda la sopa del menesteroso. Pobre, indigente, desahuciado, desfenestrado de su puesto de trabajo. Relegado a formar parte de una Sociedad la española a la que en lugar de remediar la desbaratan gobernantes.

España. Social de nombre. Puerta sellada contra la voluntad de los españoles evitando sea granero. Cerrada a cal y canto.

2014 asomará a un solo minuto haciéndose dueño del brindis y campanadas.

¿Que será y será…?

De los imputados que no irán a cárcel. Quienes no devuelven lo robado; a las arcas comunes.

La bajada sin rápidos del listado de los colocados por partidos y pseudos se estanca en lodazales.

La subida forzada en tiro al dado. Propongo quince y me quedo en seis que a la suma se han hecho con juego incluido de porcentajes precio de alumbre en lámparas y combustibles.

¿Que será y será…?

De las compras fraudulentas de edificios por mangantes (perdón magnates) de todo color que han aprendido en el cambio, vendo y compro de nuevo lo que pasó de hipoteca a dación en pago y recompra en bajura. Solo para siglas de pico de oro.

Frente. De frente y de costado. ¡Da lo mismo! A España no la arregla ni un lampista. Pierde por todas partes… menos por cuita de barraganes.

Abierta la sima. Las ondas cambian de rumbo. El ayer se eterniza y las riquezas pasaron a los de opipara vida.

Rentabilidad cero.

Impuestos sin tiento.
Coberturas sociales desatendidas.

La maleta de ayer es hoy más transportable. Ingreso en banco y llegada a banca en cualquier punto exótico.

¡Qué le queda a España? La deuda. De la que ahora callan Gobierno y componentes de un coro bien avenido diestros en meter violín en bolsa.

Hoy aquí. Mañana en Alemania.

Es lo que preconizan jóvenes con estudios y estudiosos.

Cuatro décadas. Casi cuatro décadas (menos dos años) de farsa. Y una Democracia Española sin dispensa de…

Cajones. Altillos. Bodegas. Trastiendas. Sótanos y desvanes al servicio de lo incómodo así dejará pista 2013.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay

El 8 de diciembre de este año en el diario DEIA leo un articulo sobre el primer objetor de conciencia de España. Se negó a realizar el servicio militar por razones religiosas, estos hechos se daban en la época franquista.

En la actualidad, hacer la mili es voluntario, pero sigue habiendo motivos para declararse objetor, en este caso objetores fiscales.

Pongamos por ejemplo motivos para declararnos objetores.

Me niego a mantener con mis impuestos los ministerios, oficinas, concejalias y demás cargos de lo denominado igualdad, como dice el Gran Antonio Gala, “hagan ustedes leyes, legislen y cierren sus Ministerios que igual da”

Me niego a mantener con mis impuestos oficinas del INEM, LANBIDES, o como se llamen, bastaría con media docena de contratos legislados en el mercado laboral, suficiente para que el trabajo fluya.

Me niego a mantener con mis impuestos la TV pública, refugios de amigos y centros de propaganda de los regímenes.

Me niego a mantener con mis impuestos consejeros en municipios, Diputaciones, Autonomías y Gobiernos Centrales, un país lleno de consejeros y no son capaces de solucionar esta situación de crisis.

Me niego a mantener con mis impuestos fundaciones; IDEAS, FAES, SABINIANAS, PRINCIPESCAS Y MANGONADAS,

Me niego a mantener con mis impuestos los rescates a bancos y cajas de ahorro, en  las que no soy accionista ni consejero.

Me niego a mantener con mis impuestos partidos políticos, sindicatos y todas las organizaciones con el lema del trabajador, donde sus dirigentes no saben lo que es trabajo.

Me niego a mantener con mis impuestos el llamado estado de bienestar que simplemente es mantener a vagos para que estén bien.

Me niego a mantener con mis impuestos a expresintes, exlehendakaris, exconselleiros, infantas e infantes  y demás tribu de embusteros y vivideros.

Me niego a mantener con mis impuestos, etc…………

Me niego a trabajar para que unos pocos vivan mejor que el autónomo, asalariado, pensionista o pequeño empresario, siempre preocupados por no llegar holgadamente a fin de mes.

Me niego a seguir manteniendo esta farsa, estafa, ignominia, hurto y sinvergüencería.

 Alvaro Villa Rey