Independentista. Nacionalista y burgués. El Señor Tarda que trabaja como Diputado del Congreso de los Diputados en Madrid, que es decir España podría estar entre estas calificaciones.
No está reglamentado que los extranjeros puedan representar a los Españoles en sus Cámaras por lo que debemos pensar que es un Español más en el Reino de España.
La ambición por llegar… A la conquista de Europa en solitario esgrimiendo en inglés sus “retro” deseos; le hacen personaje de hombre anuncio.
Al ciudadano catalán desentendido del inglés, le puede dar por pensar que lo que vende dicho cartel es un plato a comer bajo corona real y para llevarlo a mejor digestión le recomienda el chef “tarde y coma” que por supuesto saboreando hasta puede con atragante ser un manjar.
Ser catalán no es malo. Ser inquisidor por Cataluña lo es.
Y de eso se trata la persecución a cuanto no tiene la estrella en fondo azul. Porque Señor Tardá las Barras son y pertenecen a Aragón. Eran la Señal Real del Rey de Aragón.
Las pinten de oro o purpurina. Hablar el catalán es una opción para el resto del territorio español, como lo es el vascuence o el gallego o la fabla aragonesa o el bable.
Si no está conforme con la Lengua que por millones hablan: El Español. Deje la Cámara Española, pues esta, no debe ni puede permitirse la traducción, algo que absurdamente se cae por inteligencia y que ciertamente es ESPAÑA. Por lo que obligado está a hablar Español.
No se trata de evocar despectivamente como Usted hace “nacionalismo español”. ¿Qué entiende Usted en esa interpretación?
España es Nación. Cataluña no. Fue Condado de Barcelona.
Uno de los que perteneció a Francia de ahí en Lengua su parecido. Memoria Histórica.
Quienes en su Genealogía pueden aportar datos de verdadero Catalán son los menos en buscar para Cataluña la desintegración, la burla en embajadas, y la ruina. Ruina en la que se encuentra por sus malos políticos y dirigentes.
Señor Tardá cambie cartel y haga lo propio de Cámara.
El inglés para los ingleses.
Cataluña tierra de mis antepasados está en España.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay