El paro, una deprimente realidad
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Cuando al año de ser rescatada con dinero público, la banca progenitora de la crisis redobla de júbilo alardeando haber multiplicado por cuatro sus beneficios en el último ejercicio, no piense nadie que tal dato indica que la economía del país tenga salido del atolladero, lo único que viene a incriminar esa cuenta de resultados es la deslavazada política llevada a término por el actual ejecutivo desde el origen de la legislatura, por cuanto, al patrocinar que la especulativa bancaria prosiga su desenfreno a costa de financiar al propio Estado, favoreciendo esa práctica ventajista, además de promover una competencia desleal, Rajoy y el PP están contribuyendo a que la inhibición bancaria hacia la economía productiva motive una situación de inanición financiera, cuya deriva, trae implícito la destrucción en cadena del tejido empresarial provocando por añadidura la absoluta inviabilidad de rehabilitación del mercado laboral y por consiguiente la imposible creación de empleo.
Pero con todo, teniendo carácter determinante no debemos circunscribir en exclusiva los motivos del paro al fracasado sistema bancario, pues aún sabiendo que su prelación se orienta a la actividad especulativa con declinación a intervenir en la economía real y a financiar proyectos empresariales; existen otros hándicaps de acompañamiento que conjuntamente componen el combinado explosivo que nos condujo y nos mantiene en la caótica situación de desempleo que padecen 6 millones de ciudadanos, cuantía que mas que decaer mantiene una clara tendencia ascendente.
Causas que en modo alguno se debieran tapar con la recurrente excusa de una infundada rigidez del mercado de trabajo o la puesta en práctica de una errónea reforma laboral, cuando los verdaderos impedimentos al margen de los factores netamente financieros, giran en torno a inconvenientes de otra índole, como resulta ser la inutilidad en afrontar como país una reorganización profunda de nuestro sistema económico y la diversificación de los sectores productivos, una limitación agravada por la suspensión del papel dinamizador que para la economía y el empleo ostentaran las Pymes y los autónomos, a lo que hay que añadir, el oscurantismo en lacontratación pública, y sobremanera, la corrupción política cuya repercusión produjo un cataclismo en la estabilidad del país, que claramente, además de ocasionar una degradación política de primer orden, fue y es el principal escollo que impide la reactivación económica y la creación de empleo.
Partiendo de la premisa que el prestigio de la democracia depende de la ejemplaridad de los comportamientos políticos y la rectitud de las instituciones públicas, en el actual estado de cosas, es difícil asumir la fiabilidad de cualquier cambio a positivo cuando su autoría intelectual viene a recaer en individuos de moralidad despistada, o en sujetos de baja calaña a los que no les interesa lo mas mínimo ni la regeneración democrática, ni la supresión del nepotismo, como tampoco el cese de la corrupción o la imposición de medidas de transparencia contractual, por cuanto su acción política se remite en exclusiva a la continuidad de sus privilegios lucrativos y paradójicamente este perfil de conducta es la referencia dominante entre quienes para desgracia colectiva tienen entre sus cometido dar solución a un problema que como el desempleo, ni sienten como propio ni les afecta a sus intereses.
Por esa falta de sensibilidad y las contradictorias políticas de aplicación, resulta una canallada estar alimentando falsas expectativas al asegurar que en el 2014 habrá creación neta de empleo, cuando tal afirmación es una completa falacia si persisten las actuales políticas de corte neoliberal, siendo la mas contundente réplica a tal estimación, la tasa de paro en torno al 27%, toda una muestra evidente del fracaso resultante de una austeridad a ultranzas que puede ser la herramienta para seguir enriqueciendo a la banca, pero para nada la solución apropiada para aumentar la actividad económica, tal es así, que desde la entrada en vigor del programa de austeridad impuesto por la troika (Comisión Europea, BCE, FMI), en la primavera del 2010 hasta finales del 2013, no se ha logrado ningún resultado positivo en términos de mercado laboral, es mas, es de referir que en dicho periodo, se han perdido 1, 6 millones de empleos, o lo que es lo mismo un 8, 5% de la ocupación total existente en aquel entonces.
Todo ello indica que si la degradación política es el lastre, la austeridad es el obstáculo para poner remedio al problema del desempleo, y sin apostar por un cambio radical hacia la regeneración democrática y la instauración de políticas de crecimiento, pese al chorro propagandístico del Gobierno, esa interpretación de mejoría puntual que deducen de los indicadores macroeconómicos, mas que un preámbulo a la prosperidad será una prorroga al continuismo en el desempleo, de ahí que resulte incongruente seguir alimentando abstracciones; pues solo desde la estabilidad política y la reactivación del tejido productivo via pequeñas y medianas empresas y autónomos, se encaminará un tránsito fiable y efectivo hacia la creación de empleo. Siendo todo planteamiento una pura estratagema