La transparencia y la regeneración democrática está en boga y omnipresente en el ánimo de nuestros gobernantes. En los últimos tiempos hemos visto pedir perdón al mismísimo Rey de España, a nuestro primer ministro el señor Mariano Rajoy, a Esperanza Aguirre por las mismas pocas cosas que, increíblemente, aunque pocas, salpican con la lacra de la corrupción a todo su partido, al alcalde X. García Albiol por tener la desventura de sentar a su vera a David Gómez el edil indigno que salpicó su honorabilidad con un escándalo de corrupción. ¿Por qué, sin embargo, creo más en las palabras de disculpa que vienen de mi hijo de 13 años cuando hace algo inapropiado? ¿Será porque me demuestra con su esfuerzo y su actuación diaria que después de una disculpa hace verdaderos esfuerzos por enmendar su conducta? ¿Quizá porque después de muchos años de gobierno de un partido y de otro, ninguno ha tomado ni una sola medida efectiva para acabar con estas conductas reprochables? Señores gobernantes, el pueblo espera de ustedes mucho más que unas palabras de disculpa. Mi hijo lo hace mejor.
La corrupción que está sufriendo España, y que nos está sumergiendo cada vez más en una crisis aún sin salida, no es una corrupción sólo económica es una corrupción primero de identidad nacional: ¿Qué es España? ¿Quién es español? ¿A quién le interesa España? ¿Quién traiciona a España?
Es también una corrupción de valores: morales, éticos, de conducta; es una corrupción familiar: los padres contra los hijos, los hijos contra los padres, los esposos entre sí, las parejas contra la vida…
Es evidentemente una corrupción laboral de: empresarios, obreros, sindicatos, políticos y financieros.
A fin de cuentas es una corrupción: de expertos corruptos muy bien anclados en la corrupción, de veteranos que llevan toda una vida aprendiendo y practicando las diversas técnicas del anclaje corrupto, de aprendices que buscan cómo aprender para apuntarse a la bicoca de vivir bien sin hacer nada y también, cómo no, de las nuevas generaciones que ya están husmeando el tufillo de obtener beneficios rentables a costa de los demás y del sistema.
Esta es una corrupción sin precedentes: de sinvergüenzas clandestinos, de indeseables usureros y de parlanchines: políticos o no, que nos roban: a escondidas o en plena luz del día; nos roban bien: desde su escaño o desde su despacho o desde el lugar que sea, pues son hábiles y dominan: los entresijos, las trochas y los vericuetos de la corrupción; y lo hacen con: astucia, ingenio y destreza.
Todos estos son los que, si es necesario, amparados hasta en la misma Constitución y utilizando también a veces: las urnas, los votos, la democracia, las autonomías, las leyes, la abogacía, las finanzas y si es necesario nuestros símbolos más sagrados; utilizando como digo todo esto: estafan y estafan; insensibles: a la pobreza ajena, al dolor ajeno, a la miseria ajena
Y se lo permiten porque hoy hay muchos que, por desgracia y lamentablemente, tienen “corrupta” el alma y tienen “cáncer” en el corazón, y además tienen paralizado y extinguido el sentido de la justicia y el de la dignidad.
Son inhumanos sin piedad pertenecientes a las malolientes cloacas de esta época de decadencia histórica que nos ha tocado vivir.
Con la contundente derrota del bipartidismo y la consolidación en suplencia de un nuevo ordenamiento multipartidista, los comicios del 25M, forzarán el adelanto de elecciones legislativas y abrirán acceso a la segunda transición.
Cuando las ansias de poder político se imponen sobre la preocupación por el interés general en menoscabo del bienestar colectivo, cuando eso sucede, todo proceso electoral simultáneo se ha de convierte en una baza a aprovechar; pero cuando ese afán de hegemonía viene sazonado de corrupción, entonces, si la situación degenera hasta sumir en el descrédito a las fuerzas políticas infectas llegando a corromper al propio sistema, es obligado forzar el rescate plebiscitario como legítima solución .
Esa percepción tomará mayor notoriedad en estos comicios europeos, en esta situación de frustración colectiva donde la aversión por las políticas de los grandes partidos se hace mas explícita, y todo, por su enfermizo empeño en camuflar la realidad y hacer que la corrupción política se mantenga ausente del debate electoral, preservada en la clandestinidad de un contexto atípico donde la lentitud de la justicia se mezcla con una total sensación de impunidad.
Por eso , que si a esta comprometida situación sumamos la negativa influencia de siete largos años de áspera crisis económica y la inexistencia de perspectivas de futuro, resultará obvio, que la mayoría de la población por total pérdida de creencia y flaqueza de entusiasmo, muestre su abierto desafecto hacia los directos responsables de esta compleja realidad, y que por idéntica consecuencia, el caudal de su descontento electoral repercuta directamente en perjuicio del interés político de estos promotores de intrigas.
Ese que no otro, será el motivo que provocará que la excedida indignación produzca el extravío de la fidelidad política, y que sean estos comicios los que marquen un precedente de castigo que afectará sustancialmente a los resultados del PSOE y PP, a estas dos formaciones que por reprobación popular a sus políticas, verán rebajado su techo electoral en mas de diez puntos porcentuales, hasta el extremo, que ninguna de ambas superará el 25% de los votos; hecho, que representará un resultado de mínimo histórico que además de propiciar su descalabro pondrá fin a la repetida secuencia de duopolio, generando con ello un punto de inflexión definitivo que dará al traste con la continuidad del bipartidismo.
Habiéndose de confirmar por tanto, que con estos comicios europeos llega el momento mas funesto para el interés electoral de los grandes partidos estatales, que lejos de salir airosos de la contienda, cosecharán el resultado mas paupérrimo desde el inicio de la transición; hasta el extremo que en el mas favorable de los escenarios, por vez primera en la historia democrática , la suma de los resultados de ambas organizaciones quedará situado por debajo del 50% de los votos emitidos, y eso será así, porque esta vez la indignación social ha superado los límites de tolerancia, y en rebeldía, los electores con su voto de castigo exigen de una vez por siempre la liquidación del caduco y frustrante modelo bipartidista.
Ejercer de parapeto de la corrupción, es sin duda, una de las causas que justifica este correctivo electoral, habiendo de añadir a ello el hecho cierto, que ambas organizaciones en ejercicio de sus prácticas de poder, después de empeñar la palabra , no repararon en sustituir el obligado servicio al pueblo y al interés general, por preferencias ventajosas a la vorágine de los mercados especulativos, cuya consecuencia, condujo a la eclosión de la crisis que después de desencadenar una fractura socio – económica de primera magnitud, sumió al país en un callejón sin salida donde la imposición disciplinaria de la austeridad continúa disparando el desempleo y acentuando el descalabro social .
De ahí que ante estas prácticas poco ortodoxas, la ciudadanía tenga pleno derecho a sentirse frustrada, y en consecuencia , le asista la facultad defensiva de impedir con su voto que la democracia y su futuro sea conducida por sátrapas mafiosos, que además de ejercer la piratería política anteponen la satisfacción de sus propios intereses en detrimento de la defensa del bien común.
Lejos de toda sorpresa, el desenlace del bipartidismo se veía venir, pues en todo momento de su curso, las dos formaciones mayoritarias tuvieron por común denominador el egocentrismo concurrente de unos dirigentes endiosados, de unos mediocres, que afectados por el síndrome de Hubris, fueron mas proclives a distanciarse progresivamente de la realidad que asumir el liderazgo del país como verdaderos ejecutivos de Estado, y esa contrapuesta actitud pasa factura cuando se extingue el periodo emergente que los sostuvo, dejando al descubierto lo ficticio de su solvencia.
Por eso, aún que a tiempo presente los directos afectados manipulen demoscopia intentando a la desesperada neutralizar la actual tendencia; debieran tener asumido que el cambio de composición de la cartografía política es una vuelta sin retorno, sin que al respecto, nadie en sus cabales debiera sentir el mínimo reparo, pues con el decaimiento de estas dos fuerzas homogéneas se produce un cambio positivo en la salud democrática del país, que además de devolver la legitimidad perdida erradica la actual deriva involucionista.
La corrupción no tiene límite, esa progresión de inmoralidad dual entre corruptor y corrupto que al margen de la ley beneficia a ambas partes en perjuicio colectivo de la sociedad, resulta incesante por la tolerada condescendencia política, la sustentada impunidady la escasez de conciencia social; de ahí que ese cáncer endémico haya mutado con complacencia combinada hasta transformarse en una compartida norma de conducta, en una práctica asociada a la función política.
Siendo por ello que la “contracultura de la corrupción” favorecida por la influencia de los perceptores de prebendas, llegó a enraizar en la propia estructura del Estado hasta el extremo de socavar la vida institucional del país y transgredir el ordenamiento instaurado, en un proceso de vulneración continuada del Estado de Derecho; y toda esta tropelía, por el ambicioso objetivo de unos desalmados empeñados a toda costa en obtener un provecho ajeno al bien común.
De ahí que por su condición sistémica y estructural, sea una equivocación intentar combatir la corrupción con la intervención exclusiva de jueces y la aplicación estricta del Código Penal, pues cuando una situación se excede de escala y se va fuera de madre, la gravedad de su deriva exige otras medidas paliativas que pongan remedio al extravío, toda vez que en los grandes escándalos de corrupción, llegado al alcance de la actual dimensión, al margen de su condición de testimonio ejemplarizante, la aplicación del proceso penal resulta totalmente ineficaz para atajar tal nivel de transgresión.
Como tampoco resulta válido para remediar la mas difundida corrupción de baja intensidad, esa práctica cotidiana que acaba por corromperlo todo; porque además de la amplitud de su ámbito y su notoria intensidad, insólitamente, la gran mayoría de esos turbios comportamientos aún escandalizando al país y sembrando alarma social, ni siquiera son considerados delictivos.
Por tanto, se tiene que dar por cierto que la tolerancia asentida durante años hizo que a tiempo presente la corrupción esté incrustada en la médula del sistema, pero también se debe asumir que inversamente a lo debido, en vez de mitigar sus perjuicios, la permisividad política siguió prodigando su proliferación, como lo testifica la interminable implicación en actos ilícitos de multitud de sujetos connotados con distintos niveles o esferas de la administración y especialmente con aquellos que por vulnerabilidad afectan a la contratación pública, donde a juzgar por los hechos el actual marco jurídico resulta cuanto menos insuficiente, pues no resuelve en modo alguno las numerosas deficiencias en los mecanismos de control.
De ahí que para eliminar el habitual saqueo de los corruptos políticos, haya de invertirse el actual ordenamiento a fin de suprimir a sus colaboradores en la comisión del delito, objetivo, que pasa obligatoriamente por el establecimiento de una función pública mucho más rígida, pues eso es lo obligado cuando quien debiera velar por el cumplimiento de la disciplina legal no es capaz de comportarse debidamente en un entorno de confianza y libertad, y tal decisión arrastra consigo como exigencia, que todo puesto de responsabilidad en la gestión de la Administración recaiga exclusivamente en funcionarios públicos de carrera encargados del control y la fiscalización de los procedimientos, sin cuyo visto bueno, ni puedan progresar los expedientes ni tampoco sea posible la aprobación del gasto.
Medidas cuyo implícito tendrá que causar forzosamente la exclusión inspectora del personal eventual o de confianza, que colocado a dedo, venían gestionando la tramitación de los procedimientos con participación resolutiva en las mesas de contratación.
Si la complicidad política con la corrupción es una evidencia, cuando desde la cúpula de la patronal se enjuician los escándalos de corrupción como una catástrofe, lo cierto es que por lo regular tal manifestación es puramente una formalidad declarativa, que tras de si, mas que una crítica de condena a esas prácticas infectas esconde un actitud de doble moral sin propósito de enmienda, actitud, que atribuye a los representantes del colectivo empresarial la condición de copartícipes como asimismo cómplices de los corruptores que se cobijan en esas entidades disfrazados de empresarios.
Desde la representación empresarial debieran saber que arbitrariamente la corrupción se centra mucho en los corruptos y poco en los corruptores, y por la parte que le afecta está obligada a dar un paso adelante en su compromiso anticorrupción y apostar de forma decidida por las buenas prácticas asociativas, excluyendo de su foro a los corruptores, pues de no hacerlo, no solo estaría amparando los malos hábitos empresariales sino que vendría a cercenar la libre competencia perjudicando con ello a otros empresarios competidores que por código de conducta no recurren a esos procedimientos ilícitos
Es incuestionable pues, que para erradicar la corrupción no ha de quedar sola la judicatura luchando contra esta causa, siendo preciso por obligada colaboración, que las asociaciones empresariales en la parte que les toca se involucren en esta lucha hasta lograr darle un vuelco a tan compleja realidad.
En política, el hecho de excederse en sutileza, mas que una muestra de ingenio es una etiqueta de estupidez, y esa equivalencia de analogía es aplicable a quienes ponen todo su empeño en camuflar la realidad desviando la atención de la opinión pública mediante estrategias de distracción, para así mantener el interés de los ciudadanos lejos de los verdaderos problemas del país.
Si primero se excedieron acentuando la crisis económica para imponer como mal menor la renuncia a los derechos sociales y la aceptación forzada del desmantelamiento de los servicios públicos, ahora, para paliar el deslustre que les ocasiona una infecta corrupción, nos quieren convencer que está de moda ser estúpido para que nos adecuemos a ese estado de modernidad asumiendo el papel de idiotas , y así, tras un registro emocional de rancio abolengo patriótico decidamos secundar la esperpéntica trifulca desatada contra Gibraltar.
Ese conflicto político de diseño creado a medida por el PP, con la única finalidad de envolver en humo sus propios desmanes y propagar de ese modo un proselitismo de consumo interno; toda una estrategia de marcadas reminiscencias goebbelianas con emplazamiento en las antípodas del recomendable protagonismo diplomático.
Por tanto no caben interpretaciones sesgadas, pues aquí no existe otra realidad que una desavenencia prefabricada, un ridículo intento por causar un corto circuito en el sentido crítico de los individuos, o lo que es lo mismo, la puesta en funcionamiento de una herramienta de manipulación cuya única finalidad es obtener lealtades políticas aprovechando para ello la rentabilidad que suele aportar la credulidad de los ingenuos.
Con todo, en este asunto lo verdaderamente problemático y hasta notoriamente peligroso no es el propio litigio en si mismo, sino la sobredosis de fanatismo de acompañamiento, que de no ponerse remedio puede derivar en situaciones de mayor complejidad con riesgos inducido a la violencia, extremo que resultaría impropio en una conflagración de estas características, pero de alto riesgo previsible cuando en vez de estar dirigidos por lideres sensatos y emocionalmente estables, la dirección es conducida por unos agitadores de masas proclives al enaltecimiento de radicalismos, pero que en situación extrema, son totalmente incapaces de garantizar la estabilidad y el control de la situación.
Es de todo punto inadmisible que después de estar mirando para otro lado desde la instauración de la democracia, de no haber tomado cartas en el asunto ni establecido en tan largo periodo un marco estable de relaciones bilaterales y estratégicas con los mandatarios del otro lado de la verja, sea ahora, en coincidencia con la situación de mayor degradación y corrupción política y económica que vive nuestro país, cuando tarde mal y arrastro se disparan las alarmas de la preocupación contra una situación de hechos consumados, cuando lo suyo sería poner fin a la escalada de despropósitos y establecer en el tiempo una agenda de diálogo como vía de solución.
El gobierno de Rajoy debe detraer escalada al conflicto dejando al margen pendencias y camorras beligerantes, para conducirse a un encuentro con la sensatez, y así revertir el orden de preferencias en el hacer político, cuyo protagonismo, en modo alguno puede ser ostentado por este sinsentido gibraltareño, debiendo orientar la acción representativa a la resolución de las demandas perentorias del país cuyos exponentes mas significativos no sólo radican en los numerosos escándalos de corrupción sino también en la inestabilidad política con el añadido de la grave recesión y desempleo que aqueja a amplios sectores de la mayoría ciudadana.
A tal efecto en materia de corrupción considerando que en el actual contexto tanto el Gobierno de Mariano Rajoy como el propio Partido Popular están en el ojo del huracán por su presunta implicación en hechos de tal origen, en razón a ello y por higiene democrática, es condición sine qua non que previa investigación se expurguen responsabilidades haciendo caer sobre los implicados todo el peso de la ley con renuncia implícita si fuera el caso .
Pues aún siendo indiscutible que la política es parte innata de nuestra existencia, no es menos cierto, que la presencia de la corrupción es el factor desencadenante de la crisis del sistema que motiva la creciente desconfianza en políticos, partidos e instituciones, cuya consecuencia final es la ruptura entre representantes y ciudadanos, desencuentro que no se resuelve con tácticas de distracción ni defendiendo a los infractores de las garras mediáticas, sino con un rescate de integridad y regeneración capaz de devolver a la función política la dignidad perdida.
Y por mas enredos y vueltas que le quieran dar, mientras esto no ocurra, la degradación política mantendrá su tendencia creciente.
POLÍTICA Y CINISMO.
Más del 80% de los ciudadanos de a pie, o sea, el pueblo, estamos convencidos de que la corrupción no es la excepción, si no que es la norma. Que la inmensa mayoría de los políticos profesionales, que son los que ocupan los cargos y tienen el mando, carecen de verdadera vocación política. No tienen ideología ni tienen ideas, salvo aquellas que le permitan arrimarse al sol que más calienta en cada momento, para mantener el puesto y sus prebendas.
Conservar el poder o alcanzarlo a cualquier precio y cuanto antes, es el único paradigma que inspira a la casta política española. Para ellos, los problemas de la gente son meros instrumentos con los que hacer propaganda (marketing social) o atacar al adversario. Las personas como individuos no existen. Ignoran al sujeto concreto al que cosifican y desatienden en su individualidad, y al que solo valoran en cuanto parte integrante de una entelequia llamada “cuerpo electoral”, que, a su vez, es inducido a darle sus votos, a través de métodos de persuasión mas relacionados con las técnicas de mercado y la manipulación de las conciencias, que con las propuestas de gobierno o los idearios políticos
La Administración de Justicia que tenemos no es más que una monstruosa, lenta, anacrónica e ineficaz maquinaria burocrática, hundida en su propia maraña de normas y procedimientos enrevesados e inútiles, y gestionada por una legión de funcionarios blindados en sus puestos y, precisamente por eso, indolentes, ociosos, ineficaces e indiferentes a los problemas de las personas. Las mismas que durante años y años buscan o esperan una justicia que nunca llega, y que encima tienen que sufrir el maltrato de una burocracia inhumana, implacable con los débiles y laxa y complaciente con los poderosos.
Ha ocurrido siempre a lo largo de la historia, pero ahora más que nunca: las cárceles están pensadas para los pobres y de pobres o desgraciados están llenas. De personas que carecen de un puñado de miles de euros para pagar una fianza o contratar a un abogado que le defienda. Mientras, aquellos que han robado cientos de millones de euros y han llevado a la ruina a miles de personas, utilizan parte del mismo dinero que se han llevado, para comprar su libertad, y contratar a los más influyentes abogados del país, exministros, exmagistrados y miembros en general de esa élite de altos funcionarios que mandan en el sistema.
El axioma de que todos somos iguales ante ley, siempre fue una falsedad, pero hoy en España es un verdadero insulto a la inteligencia que solo una casta política tan cínica como la que tenemos es capaz de seguir manteniendo.
Sr. Presidente,
Me dirijo a Vd. por este medio por carecer de otro alternativo, sin mayor título que el de español, votante del PP y perjudicado por un banquero condenado y a punto de librarse de las consecuencias de su delito, con el inexplicable apoyo de su Gobierno.
Entiendo que si a la mujer del César se le exige no sólo que sea honesta, sino que lo parezca, a un Gobierno democrático esa exigencia se le hace inexcusable. Lo cual viene al caso ante el anuncio publicado en los medios del cambio normativo que va a permitir que Alfredo Sáenz pueda continuar ocupando cargo de alta responsabilidad en la banca, a pesar de ser un delincuente condenado.
Como no se le puede escapar, un cambio normativo como el planteado, con apariencia de ser hecho a la medida y beneficio de Sáenz, despierta grandes dudas sobre la rectitud e independencia de su Gobierno. La opinión pública conoce las vicisitudes del caso Sáenz, y con toda seguridad su Gobierno también, pero puntuales precisiones son convenientes y esclarecedoras.
1ª).- Sáenz no ha sido condenado por infringir la seguridad viaria al circular a velocidad excesiva. La realidad es que Sáenz es reo del mayor y más grave delito al que puede ser condenado un banquero, el de acusaciones y denuncias falsas, con la manifiesta pretensión de apropiarse de 600 millones de pesetas de personas que nada debían, en beneficio del Banco que gestionaba, propiciando el ingreso en prisión de personas honestas e inocentes, entre las cuales me encontraba.
Si pudieran existir dudas sobre mis anteriores afirmaciones, remítase a los hechos recogidos en la Sentencia casada en el Tribunal Supremo, que son más que suficientes para expulsar al delincuente Sáenz del cargo que sólo deben de ocupar personas de una inmaculada trayectoria de honorabilidad.
2º).- La defensa y los medios afines a Sáenz, y ahora parece que también su Gobierno, obviando el hecho que es un delincuente, construyen un panegírico del personaje cimentado en el acierto de su gestión y saber.
3º).- La sociedad no debe ser inmune a las concesiones y remisiones de pena a los condenados, pero sólo en los casos reglados y previo arrepentimiento. Sáenz no sólo no ha demostrado ningún mínimo gesto de disculpa y arrepentimiento, bien al contrario, ha mantenido la falsa prepotencia de quien no ha realizado daño alguno; sólo ha solicitado perdón al Gobierno de turno.
4º).- El poder, no sólo hay que ejercerlo con rectitud sino con absoluta claridad, para que el receptor de la orden sepa a qué atenerse y cuál es su obligación, sin excesivas casuísticas
Sr. Presidente, en el caso de que se me escapen razones de suficiente peso que justifiquen la decisión de su Gobierno, hágalas saber a la opinión pública. En caso contrario, con toda seguridad, ningún Tribunal le va a imputar ni condenar por un delito de cohecho, pero con idéntica seguridad, la opinión pública le condenará por la apariencia de dicho delito.
No se deje seducir por el canto de sirenas; las elecciones se ganan con los votos de los ciudadanos, no con el dinero de los banqueros.
Con el exigible respeto,
Luis F. Romero
Dr. Ingeniero Industrial
DNI 36.XXX.XXX-N
Las respuestas y justificaciones que dan nuestros políticos ante los presuntos casos de corrupción son un fiel reflejo de la gran estima y alta consideración en que tienen al pueblo que gobiernan. La pena es que estos argumentos son tan esperados y predecibles como el implacable goteo de causas y casos que los motivan. Ante el actual panorama, me asaltan unas dudas que enturbian aún más la viabilidad de la transparencia por la que dicen trabajar.
¿Por qué tanto empeño en defender con demandas judiciales la honorabilidad propia, cuando la presunción de inocencia debería de ser garante suficiente para tal fin? ¿No se asemejan así, más a un cuadro propio de la prensa del corazón, que a una escena de dirigentes serios como son sus señorías? ¿Por qué la respuesta, más inmediata, no es un requerimiento judicial para que se investiguen estos hechos? ¿No es esto más efectivo que cualquier tipo de auditoría?
¿No debería sufrir la Ley de Financiación de Partidos cuantas reformas, como tantas de las que ha sido objeto la Ley de la Educación?
¿Por qué se le permite a un banco que perdone la deuda de un partido político hasta un máximo de 100.000 euros? ¿A cambio de qué? Cabe recordad que estas entidades no tienen ningún remordimiento en dejar en la calle a familias enteras.
¿No tiene suficiente un partido para financiarse con las aportaciones de los afiliados y el dinero que reciben del erario público? La limitación de estas donaciones a 100.000 euros, según la ley, es garantía suficiente para que no se produzcan contraprestaciones.
Si tan empeñados están en la claridad y el control público ¿por qué se empecinan en privatizar la Sanidad y la Educación? Cuándo un organismo se privatiza, ¿no escapa a los mecanismos de control público? ¿Por qué han de privatizar la gestión de estas instituciones? ¿No les elegimos en las urnas para que sean ustedes quienes gestionen? ¿Cómo es que sale más caro pagar a un jardinero municipal que a uno privado y al jefe de éste?
Este año tenias que subirnos el 2 % la pension, y no lo has hecho Rajoy. Hay que apretarse el cinturon, y los funcionarios y los jubilados lo hacemos, claro, lo que haga falta. A pesar de que a las electricas no les impides que se lucren con el oligopolio y su famoso deficit tarifario y a pesar de que sigues subvencionando tantas cosas prescindibles en estos tiempos, a pesar de que los bancos no ayudan a movilizar la economia, no dan hipotecas ni creditos a los pequenos empresarios. A pesar de que en los hospitales cada vez faltan mas camas, pero todos los chorizos de guante blanco siguen en la calle, es decir, los Chaves, los Pujol, los Mas, los Zarrias, los Pizarro, caso Campeon Emperador Pokemon, alcaldes como el de Sabadell y que se yo..tantos……. pero escuchame bien Rajoy, no quiero que con mis recortes financies los casi seis mil millones de euros que has dado de rescate a Cataluna, ni tampoco quiero financiar sus libros de ensenanza publica en catalan, ni sus carteles obligatorios en catalan, ni su jodido referendum de los coj..n.s. Eso me parece bien siempre y cuando se lo paguen ellos, que a mi no me importa que quieran ser independientes, porque como dice el refran, a ladron que huye puente de plata. Y eso lo hago extensivo a los vascos, y a to bicho viviente que ahora quiera ser soberano y nacionalsocialista al mas puro estilo hitleriano. Pero que mi dinero , ese que me debes, acabe en una cuenta en Suiza a nombre del sr. Mas, me provoca erisipela, que quieres que te diga…, y que con ese dinero se cisquen en la bandera nacional los batasunos de siempre pues me provoca nauseas muy gordas, y eso no puede pasar que ademas las medicinas ahora nos cuestan mas. Que con mi dinero, ese que me debes, se financien ilegalmente partidos politicos, y se vayan de comilona los de siempre me duele, duele mucho y no hay analgesico que lo calme. Hasta si me toca la loteria, el ano que viene os tengo que dar un 20 %, ya creo que no comprare ni para Navidad. Yo creo que las televisiones publicas estan bien si se pueden costear, y no falta un quirofano para un paciente, pero si no es asi, pues mejor que no, y prefiero costear lo segundo a lo primero , ya que me quitas de mi exigua pension lo que me correspondia… en fin Rajoy, soy una minucia, una insignificancia al lado de los que moveis el cotarro, y del BCE y de la UE, a la que han dado el premio Nobel de la Paz, yo creo que no es que haya paz, hay resignacion y mucha impotencia, pero ojo, porque la paz social se acaba.. se acaba Rajoy, y si no puedes cumplir lo que prometiste, admitelo, no pasa nada, y vete y deja sitio a otro que al menos tenga mas huevos y no trague con las tropelias de los corruptos que tanto se han llevado y a los que vas por ahi besando el culo para verguenza de todos los espanoles.
Amanece limpio y despejado el día tras una noche de intensa lluvia incluido aparato eléctrico.
Son las siete de la mañana brilla el sol y el verde florido te da sensaciones nuevas.
¡Qué gusto pasear por el parque!
De regreso al trabajo enciendes el ordenador y vas al apartado entrada. Aquí la sintonía puede interrumpirse.
Hay bellos correos.
Vistas que no podrás conocer al natural por encontrarse en la Pampa.
Danza. Literatura. Pintura militar. Reflexiones… y tanto y tanto.
La vista hace recorrido y decide dejar para más tarde; “otros”, los conflictos. ¡Imposible!
¿Cómo vas a dejar para luego la insistencia del que te envía el correo que te dice: Te lo puedes creer?
En pantalla un listado con 129 nombres de políticos imputados por corrupción, ¿Cuántos son en realidad?
De contar con una seria investigación (que es lo que el contribuyente solicita) ¿a cuánto ascendería la cifra?
Es de ver que no toda la geografía española es mencionada.
Aragón ausente.
Y los hay. Con nombres y apellidos en cargos con actualidad.
Marcan gol.
Los principales grupos políticos.
PP.PSOE-PSC y alguna entrada IU.
Las siglas conocidas van a la par en retahíla con otras menos escuchadas por el ciudadano. UM. CIU. ERC. Coal. Canaria. BNG. UTpS. Unión Cordobesa. NSP. ACAI. CCN. PES. Conv. por Andalucía. BOLI. Foro Andaluz. ATC. CpM. PAL. CA. PIL. CPCI.
Y lo terrible e incongruente es que siguen disfrutando de su cargo en la política de España.
CONDENADO.
CONDENADA.
IMPUTADO.
IMPUTADA.
Se repite en el ciento.
Seguido va… de…
Prevaricación. Delitos varios. Tráfico de influencias. Corrupción. Negociaciones prohibidas. Blanqueo de capitales. Falsedad documental. Delitos Urbanísticos. Financiación ilegal. Injurias. Contratar presuntamente a 17 miembros de la lista de su partido en el Ayuntamiento y 57 familiares de estos. Alteración del censo. Cobro comisiones. Delitos medioambientales. Malversación y Cohecho. Pago sueldos municipales con el dinero de los convenios. Fraude. Blanqueo de capitales. Concesión licencias Ilegales. Trato de favor.
Delito contra la ordenación del territorio. Corrupción en la adjudicación obras públicas. Delitos urbanísticos. Delito electoral. Uso información privilegiada. Obstrucción a la justicia.
¡Vaya perlas!
Para abogado esta letanía; como anillo al dedo.
Atónito. Indignado. Hasta en Europa. El ciudadano honrado.
Cierto que está Sociedad es manzana poco apetecible.
Bocado de bruja.
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