¿Hasta dónde se puede llegar a tolerar y aguantar? ¿Por qué no hay solución…?

En la calle Picos de Europa nº 11-H, de Madrid, existe un local, por denominarlo de algún modo, llamado Latin Secret Bar (que de bar tiene muy poco), también conocido como Latin Secret Amanecedero.  El último adjetivo sugestiona ¿verdad? Tanto que hace honor al apelativo, ya que este lugar empieza con sus ruidos-música-gritos-peleas y algo más… a altas horas de la noche y continúa hasta bien entrada la mañana (que no la madrugada) y ¡ojo! que no ocurre solo los fines de semana sino casi todos los días del año en plena vía pública. Y así jornada tras jornada, hasta el punto de forzar el traslado de los vecinos a otros pisos, malvendiendo el suyo o vaya usted a saber cómo. Esos, los menos, con algo de suerte, porque han podido marcharse de la “insoportabilidad” de un insomnio forzado y perpetuo, mientras que los más desafortunados siguen padeciendo las insufribles noches.

Y ¿cómo luchan los afectados? En principio, enviando un escrito al AGLA (Agencia para la Gestión de Licencias de Actividades), entidad privada que creó Gallardón, “funciona” desde 2010 y tramita las licencias. Como el caso se ignoró, los vecinos solicitaron, a comienzos de 2014, una reunión con la concejala del distrito de Puente de Vallecas (Eva Durán). Desde el Ayuntamiento respondieron que habían organizado un dispositivo de vigilancia y “no habían observado ruidos”. A finales del mismo año volvieron a pedir otra cita con la concejala del distrito para retomar el tema.

A los pocos días la concejala contactó, vía telefónica, con uno de los vecinos asistentes a la reunión comunicándole que se había desarrollado un operativo policial a través del cual habían encontrado un montón de irregularidades en ese “local” y se iban a tomar medidas de manera inmediata.

Se supone (“conjetura”) que el informe se habrá enviado (duda) al AGLA junto con una propuesta de sanción, ya que la licencia del “bar” no permite abrir toda la noche. El AGLA debería (más conjetura aún en el condicional) haber realizado algún trámite o comunicación a los interesados. Pero el AGLA parece que no da abasto, porque todo Madrid está igual, así que entre la montaña de papeles que deben de tener, constará la propuesta de sanción de la policía, hace ya 6 meses, por lo que el procedimiento estará a punto de caducar si es que no ha caducado ya.

Hoy, a primeros de mayo de 2015, la desesperación vecinal sigue en aumento, las llamadas a la policía continúan y el miedo ante los disturbios que se ocasionan todas las noches (peleas, voces, vómitos, micciones, borracheras…) persiste. La impotencia es tal que por ello se ha enviado esta carta a varios medios de comunicación, una última llamada de “socorro” para que un gran grupo de vecinos, pues afecta a muchos portales, puedan descansar en paz en vida.

¿Es tan difícil solucionar este problema? Por favor, al menos, sáquenlo a la luz, difúndanlo, el agotamiento es desalentador.