Del Libro “ESPAÑA de haber dos… sería para emigrar y no volver”).

Un pueblo que tiene a bien recibirte con buenos caldos y donde comer como Pantagruel y Gargantua.

Veinte platos te son ofertados en el Menú de su conocido Restaurante. Todos a degustar por el mismo comensal caso de atreverse.

Pero si tu estomago pone el listón bajo puedes conformarlo con el menú de diario que tiene como mínimo donde elegir entre seis primeros, otros tantos segundos de pescado, carne, y carne de caza. Para salir de postre; no menos de diez variedades.

Lo que tiene de curioso que invierno y verano el buen caldo de carne no falta. Es a modo de aperitivo y nadie lo rehúsa.

Pueblo acogedor y pintoresco con arcos y pasos cubiertos situado en torno al castillo.

Pero la curiosidad que trae este condensado relato es la fotografía del cartel indicador que recibe a vecinos y forasteros. Al parecer algún chistoso se ha entretenido en crear tipo tebeo nueva señalización para carreteras lo que no impide situar a quien fuera su creador en un tipo descuidado ya que deja a su personaje que se sirva para su incontinencia urinaria del suelo de los almonacidenses.

¿Gracioso?

Irreverente.

Y además… está pidiendo la sanción del Órgano de Conservación de la Carretera.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay