Ya estamos otra vez con la tragicomedia de unas elecciones políticas.
Por supuesto que yo sigo sin votar, simplemente, porque aquí no hay Democracia ni Estado de Derecho, ni lo ha habido nunca.
Hablemos claro.
Todos los que van a votar, incluso los que votan en blanco (porque el voto en blanco cuenta y favorece a los partidos mayoritarios) son los culpables de mantener esta estafa política que padecemos.
Por la misma razón que la estafa de los trileros sigue existiendo, porque todavía hay tontos que participan y apuestan.
Si nadie picara el anzuelo, hace tiempo que hubieran desaparecido.
¿Está claro?
A estos no hay que votarlos a ninguno, sino botarlos a todos, para así poder hacer en España, esa transición que nunca se hizo.
No sé si votar la política de descrédito de nuestros sindicalistas españoles, dados en la mayoría de los casos al buen vivir. No sé si votar al señorito Bárcenas que con tanta honestidad y durante tantos años trabajó en la calle Génova, sede del PP de Madrid. No sé si votar la contabilidad en A o la contabilidad en B de nuestros Partidos Democráticos.
No sé si votar a los recién salidos presos Etarras que gracias a la Comunidad Europea ya son hombres libres y ejemplarmente correctos. No sé si votar a Elena Valenciano que, con tanto embuste, no sabemos si tiene terminada la “Enseñanza primaria”, aunque sí sabemos que tiene el título de “Trepa” dadas sus habilidades en: “verborrea y otras lenguas autóctonas”. No sé si votar a los “Hábiles maestros de la corrupción Española” en las diversas modalidades.
No sé si votar a la banca y reforzar su política de “rescate”. No sé si votar a algunos de los dirigentes socialistas que parece ser que, en Andalucía, manejaron con audacia los ERES para enriquecimiento de los: amiguetes, familiares cercanos y lejanos y otras personalidades afines.
No sé si votar a los que desde el poder y tan brillantemente, desde hace al menos 20 años, piensan y piensan para que haya menos paro y una mejor economía. Estos economistas españoles tienen un diez en todas las encuestas fiables, españolas e internacionales, dada la brillantez de su trabajo y la evidente prosperidad de nuestro país.
No sé si votar a los seis millones de “parados” sin sueldo o a los seis millones de aforados con “aforamiento” y buen sueldo. No sé si votar al “Banco de Madrid” o a “Bankia”. No sé si votar para que haya más “rescates” o para que haya más “recortes” o para que haya menos sinvergüenzas. No sé si votar a la Derecha sin ideales o a la Izquierda capitalista. No sé si votar al Rey, a la Reina, al Príncipe o por defecto a las Infantas.
Realidad
No sé si votar a pie de mesa electoral y ver el montaje electoral o votar por correo ordinario. Y para terminar una seria reflexión: ¿voto? ¿No voto? ¿Esperó al resultado del Real Madrid – Atlético Madrid, final de la champión, para decidirme? o ¿espera una luz que me venga del interior y alumbre mi mente?
Elecciones Europeas 2014
Voto, no voto; me río, no me río, lloro …. ¿Qué hacer, es la eterna duda? Alguien puede pensar que no me tomo en serio algo serio, no es así, es que alguien desde el campo de la psicología, me dijo que para no deprimirnos ante la realidad, tantas veces triste, teníamos que aprender: “A reírnos de nosotros mismos”.
Y por coincidencia, al finalizar mi escrito, enciendo el ordenador y me encuentro de lleno con la siguiente frase: “Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse”. Autor: Santo Tomás Moro ¡Interesante verdad! Pero yo a lo mío: ¿Voto? ¿No voto?
Necesitamos un parlamento europeo que represente con autenticidad a la ciudadanía y unos candidatos que actúen en consecuencia; capaces por tanto, de rescatar la hegemonía política y poner freno al rodillo neoliberal.
Allá, corriendo el segundo lustro de la década de los setenta, mientras los que ahora vamos para viejos forzábamos el camino hacia la democracia, y quienes la mantuvieran secuestrada le lavaban la cara a la dictadura con jabón de transición, al mismo tiempo, los autócratas de siempre tiraban del doble juego argallando planeando a la par la reformulación del capitalismo en clave más rotunda; un calibrado objetivo que en coincidente temporalidad vio favorecida su implantación por el galardón otorgado al padre putativo del neoliberalismo austericida, Milton Friedman, quien en 1976, a pesar de estar patrocinando tesis de la prehistoria de la ciencia económica, fuera laureado con el (siempre fraudulento) Premio Nobel de Economía.
Concesión que recíprocamente a su denostada consideración resultó determinante para elevar aquellos extravíos a rango de doctrina, y facilitar con ello, que aquella reformulación capitalista tomase amplio dominio de nuestra realidad, que no es otra, que la correspondiente a un país sumido en el caos, donde el Estado fue excluido de la economía para consagrar la jerarquía y el imperio del poder a los mercados financieros , permitiendo así, que desde este escenario de tan atípica hegemonía, la explotación del nuevo capitalismo se propagase sin turbulencias a pesar de lo reaccionario de su condición, por cuanto, no se habrá de soslayar que desde su implantación, los rendimientos detraídos por la destrucción de los derechos sociales de las clases mas humildes fueron destinados a favorecer en exclusiva a los sectores mas privilegiados.
Toda una reproducción restrictiva de la sociedad de los dos tercios, de la que fuera sin duda otra de las «grandes» aportaciones del neoliberalismo imperante; la de un Sistema que para sostener su existencia evitando asumir su propia disfuncionalidad, sitúa en la precariedad económica y social a las dos terceras partes de la sociedad, arrastrando a un elevado sector de esa fracción al borde de la marginalidad en el contexto de una tragedia dominada por la miseria y la exclusión; mientras que en contraposición, el tercio restante que conforma el entorno de la cúspide del poder, lejos de estrecheces, son quienes imponiendo la norma se están enriqueciendo a manos llenas a costa de repercutir sobre sus víctimas la injusta factura de sus propios atropellos, y todo ello, con el refrendo de una mediatizada clase política que en vez de ejercer de representantes de los ciudadanos desempeñan la función de chicos de los recados del gran capital.
Pues bien, con todo, la doctrina neoliberal no es un dogma que afecte en exclusiva a nuestro país, sino una constante genérica con vigencia formal en el marco de la Unión desde la aprobación del Tratado de Maastricht, que se mantuvo como una realidad oculta durante la época de crecimiento económico, pero que al arribar la crisis, destapó tanto su verdadera finalidad como el trasfondo que acompaña la naturaleza de la gran farsa que rodea al publicitado proyecto europeo, cuyo auténtico propósito , radica en la consumación de una desmedida maniobra política, montada con la finalidad expresa de secuestrar la soberanía popular para así mantener las políticas económicas al margen del control y fiscalización democrática de la ciudadanía.
Esta realidad no ha de pasar desapercibida a quienes como electores acudamos a las urnas este 25 de mayo, y a tal efecto, antes de emitir el voto debe ser un ejercicio de responsabilidad garantizar su rendimiento, un requisito que a todas luces exige neutralizar la tendencia hacia la malversación electoral, desechando a tal fin, aquellas candidaturas y candidatos que con sus prácticas políticas no solo no combatieron el dumping social sino que se dedicaron en exclusiva a prestar apoyo y refrendo a la ortodoxia neoliberal a través de un absoluto respaldo a los mercados y subordinación al diktat alemán; de ahí, que ante estos nuevos comicios debamos proceder en consecuencia, pues a la vista de los hechos, ahora mas que nunca, necesitamos un parlamento europeo que represente a su ciudadanía y no a los intereses del gran capital.
Porque en ello va nuestro futuro, no podemos tolerar por mas tiempo que la oligarquía financiera siga ostentando el poder político por manipulación intermediada de la voluntad popular, ni que las restrictivas políticas impuestas desde Europa por esta élite neoliberal, cuenten en el país, con la conformidad de unos representantes renegados que burlando sus compromisos con la ciudadanía se decantan por actuar en posiciones contrarias al interés general, y solo poniendo cerco en las urnas a esa situación de impunidad, seremos capaces de dar un cambio de rumbo efectivo y derrocar a la dictadura de los mercados, y así, desde la legitimidad de unos representantes sin ataduras poder imponer la economía real por encima de la especulativa y dar al traste definitivamente con la estúpida estrategia de los recortes y la austeridad.
La oportunidad está servida, y de no aprovecharla, seremos reos de nuestros propios actos y responsables que la continuidad de la crisis no tenga vuelta atrás.
Con la contundente derrota del bipartidismo y la consolidación en suplencia de un nuevo ordenamiento multipartidista, los comicios del 25M, forzarán el adelanto de elecciones legislativas y abrirán acceso a la segunda transición.
Cuando las ansias de poder político se imponen sobre la preocupación por el interés general en menoscabo del bienestar colectivo, cuando eso sucede, todo proceso electoral simultáneo se ha de convierte en una baza a aprovechar; pero cuando ese afán de hegemonía viene sazonado de corrupción, entonces, si la situación degenera hasta sumir en el descrédito a las fuerzas políticas infectas llegando a corromper al propio sistema, es obligado forzar el rescate plebiscitario como legítima solución .
Esa percepción tomará mayor notoriedad en estos comicios europeos, en esta situación de frustración colectiva donde la aversión por las políticas de los grandes partidos se hace mas explícita, y todo, por su enfermizo empeño en camuflar la realidad y hacer que la corrupción política se mantenga ausente del debate electoral, preservada en la clandestinidad de un contexto atípico donde la lentitud de la justicia se mezcla con una total sensación de impunidad.
Por eso , que si a esta comprometida situación sumamos la negativa influencia de siete largos años de áspera crisis económica y la inexistencia de perspectivas de futuro, resultará obvio, que la mayoría de la población por total pérdida de creencia y flaqueza de entusiasmo, muestre su abierto desafecto hacia los directos responsables de esta compleja realidad, y que por idéntica consecuencia, el caudal de su descontento electoral repercuta directamente en perjuicio del interés político de estos promotores de intrigas.
Ese que no otro, será el motivo que provocará que la excedida indignación produzca el extravío de la fidelidad política, y que sean estos comicios los que marquen un precedente de castigo que afectará sustancialmente a los resultados del PSOE y PP, a estas dos formaciones que por reprobación popular a sus políticas, verán rebajado su techo electoral en mas de diez puntos porcentuales, hasta el extremo, que ninguna de ambas superará el 25% de los votos; hecho, que representará un resultado de mínimo histórico que además de propiciar su descalabro pondrá fin a la repetida secuencia de duopolio, generando con ello un punto de inflexión definitivo que dará al traste con la continuidad del bipartidismo.
Habiéndose de confirmar por tanto, que con estos comicios europeos llega el momento mas funesto para el interés electoral de los grandes partidos estatales, que lejos de salir airosos de la contienda, cosecharán el resultado mas paupérrimo desde el inicio de la transición; hasta el extremo que en el mas favorable de los escenarios, por vez primera en la historia democrática , la suma de los resultados de ambas organizaciones quedará situado por debajo del 50% de los votos emitidos, y eso será así, porque esta vez la indignación social ha superado los límites de tolerancia, y en rebeldía, los electores con su voto de castigo exigen de una vez por siempre la liquidación del caduco y frustrante modelo bipartidista.
Ejercer de parapeto de la corrupción, es sin duda, una de las causas que justifica este correctivo electoral, habiendo de añadir a ello el hecho cierto, que ambas organizaciones en ejercicio de sus prácticas de poder, después de empeñar la palabra , no repararon en sustituir el obligado servicio al pueblo y al interés general, por preferencias ventajosas a la vorágine de los mercados especulativos, cuya consecuencia, condujo a la eclosión de la crisis que después de desencadenar una fractura socio – económica de primera magnitud, sumió al país en un callejón sin salida donde la imposición disciplinaria de la austeridad continúa disparando el desempleo y acentuando el descalabro social .
De ahí que ante estas prácticas poco ortodoxas, la ciudadanía tenga pleno derecho a sentirse frustrada, y en consecuencia , le asista la facultad defensiva de impedir con su voto que la democracia y su futuro sea conducida por sátrapas mafiosos, que además de ejercer la piratería política anteponen la satisfacción de sus propios intereses en detrimento de la defensa del bien común.
Lejos de toda sorpresa, el desenlace del bipartidismo se veía venir, pues en todo momento de su curso, las dos formaciones mayoritarias tuvieron por común denominador el egocentrismo concurrente de unos dirigentes endiosados, de unos mediocres, que afectados por el síndrome de Hubris, fueron mas proclives a distanciarse progresivamente de la realidad que asumir el liderazgo del país como verdaderos ejecutivos de Estado, y esa contrapuesta actitud pasa factura cuando se extingue el periodo emergente que los sostuvo, dejando al descubierto lo ficticio de su solvencia.
Por eso, aún que a tiempo presente los directos afectados manipulen demoscopia intentando a la desesperada neutralizar la actual tendencia; debieran tener asumido que el cambio de composición de la cartografía política es una vuelta sin retorno, sin que al respecto, nadie en sus cabales debiera sentir el mínimo reparo, pues con el decaimiento de estas dos fuerzas homogéneas se produce un cambio positivo en la salud democrática del país, que además de devolver la legitimidad perdida erradica la actual deriva involucionista.
Este blog usa cookies de terceros, de servicios de análisis, afiliación o redes sociales. Si continuas navegando, entendemos aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración, desactivarlas u obtener más información .AceptoRechazoLeer mas
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.