Su señoría, el Presidente.
Publicado por galdo-fonte, Posteado enCarta al Presidente, Opinión
Su señoría, el Presidente
El actual comportamiento del Presidente, difiere de los compromisos que había contraído con los electores, es decir, las actuales políticas de Rajoy, además de insolidarias, injustas, nocivas e ineficaces, están sustentadas en la mentira.
Menudo ejemplar tenemos al frente del ejecutivo del Estado!. Esta es la exclamación que razonablemente procede, una vez realizado el balance de resultados de los cien días de gracia que deben otorgársele a cualquier cargo político desde su toma de posesión.
Si el desprestigio era una característica definitoria de la clase política, con la llegada de Rajoy a Moncloa, las cosas más que cambiar a positivo han agravado su negativismo.
Conclusión nada tendenciosa, pues ello es lo que se deduce del contenido de los últimos datos del barómetro del CIS, que disparan el recelo ciudadano hacia los políticos y sus organizaciones, probando la complejidad de la encrucijada en la que está sumido el sistema de representación política y a su vez, la devaluación creciente que padecen en la actualidad los políticos, al haber permutado su función dinamizadora de tiempos pretéritos por la dinámica del rumbo opuesto, donde la defensa del interés general queda relegado a un plano accesorio en ventaja de intereses dolosos.
Por lo general cada político establece una estrategia para alcanzar el poder, y esa habilidad no tiene censura alguna si la meta que se persigue es obtenida a través de medios legítimos; pero en este caso, al actual presidente del gobierno, hay que censurarle su deficiente destreza, pues cuando la victoria en el plebiscito anticipado del 20N, por lógica aplastante era un hecho incontestable, comprometió la prudencia que otorga el silencio por la desconfianza que genera la mentira. Prueba de ello, es el hecho que sus prometidasalternativas a la crisis, tan solo fueron un brindis al sol, una infame estratagema con el único objetivo de alcanzar el poder.
La imparable destrucción del tejido empresarial, sumado al ritmo creciente del desempleo, es definitorio del nefasto modelo económico por el que se inclina el actual gobierno, consistente en primar la reducción del déficit a costa de recortar la economía productiva, con la atrocidad añadida de incrementar aun más el desorbitado índice de paro. Peligrosa deriva que pone de manifiesto la inexistencia de soluciones concretas, con el agravante que el actual comportamiento del Presidente, difiere de los compromisos que había contraído con los electores, es decir, las actuales políticas de Rajoy, además de insolidarias, injustas, nocivas e ineficaces, están sustentadas en la mentira, y así, a pesar de tener manifestado de forma iterada que siempre diría la verdad a los ciudadanos, su actual conducta, detrae toda confianza y pone de manifiesto su condición de insolvente.
En tan corto espacio de tiempo, el balance de su gestión al frente del ejecutivo es patético, habiendo de añadir a ello que cuando se ondea la mentira por bandera, la pérdida de credibilidad resulta un todo manifiesto. Así, la totalidad de los problemas clave para encauzar la reactivación siguen encasquillados, o lo que es peor, se han agravado en razón a la aplicación de fracasadas políticas.
El crédito a las PYMES sigue sin fluir, y mientras esto ocurre, el dinero inyectado a la banca esta siendo utilizado en exclusiva para hacer ventajosos negocios en los mercados de deuda, llegando al escándalo, al comprobar, que mientras unos han de soportar una excedida presión impositiva, a los estafadores de oficio, defraudadores profesionales, se les aplica el beneficio de la amnistía fiscal, todo un ejemplo contrario de lo que en buena lógica debiera presidir un eficiente ejercicio de gobierno.
En la actual coyuntura la situación se agrava, y por si fuera poco, a la complejidad económica hemos de añadir el lastre que representa la clase política, resultando por tanto que al déficit de recursos hemos de asociar la deficiente gestión de los representantes institucionales.
Pero con todo, el colmo del cinismo, el destape de la sinvergüencería queda al descubierto cuando después de su frase categórica afirmando, «no pienso dar un solo euro de dinero público a la banca», a la primera de cambio, cuando se desata la hecatombe de Bankia, da cancha a su espíritu de contradicción haciendo una vez más gala de todo lo contrario.
Quien no había acudido a inyectar liquidez para frenar la caída en cascada de las empresas del país, ahora, no pone reparo alguno en acudir en auxilio del sector financiero a través de una traumática operación en rescate de una entidad infectada por la ligereza de su equipo gestor. Claro que igual se nos haría mas asequible entender tan incoherente decisión, al comprobar que medio PP esta colocado en esa entidad, pues además del excluido Rato, tenemos al ex ministro Ángel Acebes, María Zaplana, hija del ex ministro Zaplana, Claudio Aguirre, primo de la presidenta de la comunidad de Madrid, exigua parte de una lista interminable. Todo un exponente de «nepotismo enfermizo», que define la razón de ser del partido conservador .
Definitivamente, Rajoy podrá afrontar la gestión de un registro de la propiedad, pero es obvio, que la presidencia del gobierno se le va fuera de talla.