Cartas al Director

Ahí está el gran Secreto, que la gente está/estamos o hemos estado muy perdidos. Hemos sido, somos y seremos infelices en nuestras vidas si no nos damos cuenta antes de la causa, y la corregimos, claro.
Por complacer a otros y seguir sus mandatos, programaciones o gustos, la vida sentimos que nos arrastra, pareciera que sin remedio.
Nos hace, en general, sufrir cuando no concuerda con nuestro sentir, dado que no obedece a nuestra elección, ni concuerda con nuestras aspiraciones, sino que es programación de otros.
Habrá que hacer, si queremos ser felices, limpieza de las mismas, desterrarlas sin pena ni compasión, pues lejos de servirnos, en su mayoría para guiar el camino hacia la consecución de nuestras metas, se han llegado a convertir en nuestras cárceles.
No importa lo que hayamos hecho –la culpa no nos sirve–, lo verdaderamente importante es nuestra comprensión de lo que sucede/nos sucede en general.
Darnos cuenta del por qué no Lo conseguimos lo muestra muy bien el personaje de Pipi Calzaslargas, capaz de un Poder y un encanto increíbles.
Ella sabía muy bien que una vida auténticamente poderosa, implica, exige, no verse obligado a complacer los mandatos de otros, grabados a fuego y que resuenan en nuestro sub-consciente.
Estos mandatos, y su programación, fueron hechos por padres, religión establecida, sociedad en general, sin darse cuenta del alcance de sus actos, sin consciencia de lo que hacían. Pues orden-aron nuestras vidas según sus propios modelos, sin atender al hacerlo a nosotros, sin contar con nuestro permiso. Que por si no lo saben es, primera e ineludiblemente, nuestro.