Cartas al Director

A.-

El “adiós definitivo”, el “hasta siempre”, el “lo siento, no puedo estar contigo”, han sido las frases más repetidas en este pandémico año 2020.

Silencios desgarradores de impotencia… Silencios, también, de responsables… Silencios de “morgues sin nombres” … Silencios mentirosos de políticos… Silencios de gritos sin respuestas…

Es por todo ello por lo que deseo aportar mi recuerdo, mi condena y nuestra culpa, a todos aquellos que se fueron… SÍ, pero sin desearlo…

¡ADIOS, AMIGOS… NO PUDIMOS DESPEDIROS!

Amanecerá… siempre amanecerá. Vuestra imagen aferrada a la soledad de una gigantesca morgue volverá. Será el estigma de nuestro conformismo.

Amigos, todos, ¡qué pronto se pasan las hojas del libro que no se quiere leer!…

Ahora, sólo nos queda la sonrisa triste, acompañada de rencor.

Amigos, todos, es difícil perdonar, lo sabemos, pero, allá donde os encontréis queremos que sepáis que aquí, en este lodazal, donde nos encontramos, hay muchos amigos vuestros que, todos los días, al amanecer, abren sus ventanas y gritan vuestros nombres… escriben vuestro recuerdo…

¡Prometemos señalar y condenar! porque será PAZ, para vosotros y para nosotros, ESPERANZA.

¡PERDÓN!

“Volcaremos nuestros escándalos… Publicaremos nuestros abusos… Ensuciaremos nuestros rostros… Abriremos la ventana de nuestra defenestración… SERÁ NUESTRO CASTIGO…

Provocaremos que nos odien, que nos estigmaticen, que oculten nuestros nombres, que arrebaten nuestra libertad y permitan nuestro linchamiento”.

“Ahora, resquebrajada nuestra paz, lloraremos el poder farisaico, que escribió con iniciales lo que permitió con su silencio”

¡Sentimos que no podáis ver lo triste que es una vida que traiciona sus propios ideales…!

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