Rajoy y tres millones de empleos
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Cuando los defensores de la austeridad como Rajoy, se erigen en redentores de la creación de empleo, con la carga de cinismo de tal proceder, ponen de manifiesto, no solo haber perdido toda ética política sino también la propia dignidad
Mientras el Partido Popular del Presidente Rajoy llama crear empleo al hecho de repartir miseria, los auténticos promotores de tal finalidad, es decir los autónomos y los gestores de las Pymes, como consecuencia de los efectos de la crisis y especialmente de la repercusión inducida por las incoherentes políticas de austeridad del actual Ejecutivo, o bien se han visto abocados a la vía del concurso de acreedores, o en su defecto han acabado arruinados de por vida sin alternativa ni solución, como refiere el hecho que más de 303.000 pequeñas ymedianasempresas y 302.116 trabajadores autónomos hayan tenido que cerrar sus puertas desde el inicio de la crisis; cese de actividad que además de sus males intrínsecos provocó una merma en la dimensión del tejido productivo, cuya repercusión agravó aún mas el degradado mercado laboral e impidió en mayor medida la reactivación y creación de empleo.
De ahí la nula credibilidad que ha de adjudicársele al presidente del Gobierno cuando sin renunciar a las políticas de austeridad, en plena «ciclogénesis electoral», en foro parlamentario se marca como objetivo la creación de tres millones de empleospara la próxima legislatura, por ser tal proclamación una promesa apócrifa, realizada al solo objeto de pescar votos en el caladero de una mayoría electoral que tiene en el desempleo su principal preocupación.
Estrategia aplicada con premeditada finalidad, sin caer en la cuenta que difícil acogida puede tener el discurso de mentiras, de quien, interesadamente intenta esconder que desde su llegada al poder, con el mantenimiento de idénticas políticas el paro no ha hecho mas que crecer, como evidencia el balance de la realidad estadística, que en diciembre de 2011 arrojaba un saldo de 17, 1 millones de afiliados a la Seguridad Social y cuyo último dato a febrero de 2015 reducía esa cuantía hasta los 16, 5 millones, diferencia, que además de resultar una expresión de la inviabilidad de su proposición, es muestra del poco fiable hacer político de quien se empeña en prorrogar su arraigada pretensión de engañar a la ciudadanía.
Por eso, si hasta ahora la recuperación económica era la gran falacia del PP, con la salida a escena de Rajoy anunciando tan cuantiosa creación de empleos, el grupo conservador entra en el antagonismo político de enfrentarse a sus contradicciones al ser el propio Gobierno, quien, contraviniendo lo antedicho reconocía con anterioridad que en el mejor casos se mantendría el índice del 15% de de desempleo estructural.
Es necesario derogar la adscripción del país al neoliberalismo económico y darle un vuelco a la situación política instaurando medidas de crecimiento que hagan posible la generación de empleo
Pero al margen de disquisiciones, lo cierto es que tras ese difundido anuncio se esconde una atribución clandestina, pues salvo en la esfera pública, no es función ni de este gobierno ni de ningún otro afrontar como propia la creación de empleo, sino, habilitar las políticas oportunas que generen las condiciones de confianza apropiadas, para que así, desde una situación de afianzamiento las empresas y empresarios puedan promover con éxito la producción de riqueza e impulsar la creación de empleo.
Un marco de confianza que en modo alguno se logrará mientras mantengan vigencia las actuales políticas del Ejecutivo de Rajoy, toda vez que por consecuencia lógica, cuando la austeridad roza la neurosis es imposible que funcione ni que pueda funcionar al ejercer como losa del crecimiento, y cuyos efectos, destruyen los pilares de la estructura productiva y del tejido empresarial, impidiendo así aplicar en serio políticas directas de recuperación y creación de empleo, y eso es así, por mas que la agitación mediática afecta al Gobierno, en pleno maremágnum electoral intente camuflar esa realidad, ocultando, que no habrá solución cabal para satisfacer la demanda del mercado laboral en tanto prevalezcan en primer plano las contraproducentes políticas de austeridad.
Ante esa tesitura, al colectivo empresarial afectado en sus intereses y a la ciudadanía detraída de sus derechos, en consecuencia, no les queda otra que resolver la disyuntiva por la vía electoral, optando en los próximos comicios por otorgar la confianza en las urnas a los representantes de la mayoría progresista, para así poder derogar la actual adscripción del país al neoliberalismo económico ytener la posibilidad de darle un vuelco a la situación política con la instauración de medidas de crecimiento que hagan posible la diversificación empresarial, la consolidación de la estructura productiva, y con ello la generación de empleo estable, al igual que la restitución de los bienes y derechos públicos indebidamente sustraídos.
Pues supuesto contrario, de no remediarlo, seremos responsables que durante otros cuatro años los directos culpables políticos y las involucradas élites económicas, sigan conduciéndonos por sus fueros hacia un austericidio que además de mantener al país en permanente estado de deterioro seguirá provocando e en su estructura el pernicioso impacto de su efecto desolador.