Cartas al Director

Voy por las calles de Bilbao y por los pueblos de mi Bizkaia, observo mujeres hermosas, bellas, espectaculares, mujeres de todas las edades, elegantes, otras desenfadadamente vestidas, sin dejar de ser atractivas.

Es la hora de la comida, enciendo el televisor para que me haga compañía.

Una preciosa joven desde el TV me dice que sufre en silencio, ¡su almorrana!. Unos segundos y otra conocida actriz me cuenta que tiene problemas de tránsito intestinal pero ella lo arregla con un yogurt; cortinilla televisiva, otra señora de muy buen ver está en su cocina, aparece un señor calvo y pasando un algodón por la encimera de su cocina le dice «El algodón no engaña» le ha llamado guarra públicamente. Señora madura también muy guapa dice que tiene pérdidas de orina y pasa vergüenza porque huele mal, desde que usa compresas con atrapa olor su vida ha cambiado. Sin tregua aparecen otras mujeres con problemas; sudor, con el pelo sucio y grasiento, la chica que se aplica muy fácil y cotidianamente enemas rectales, podría seguir enumerando comerciales donde la mujer es y padece todas las inmundicias y plagas de nuestra civilización.

Ahora salgo a la calle veo mujeres tan bellas como las de la tele, me pregunto ¿Cuál será la pena y dolor que sufre esta hermosa mujer?

Alvaro Villa Rey