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febrero 2016

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PSOE, Pedro Sánchez, el jugador, y sus contradicciones programáticas.

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Todos los españoles, todos, tenemos derecho a que los partidos y sus cabezas visibles sean transparentes.

Pedro Sánchez debería explicar a TODOS LOS ESPAÑOLES el programa que propuso y defendió en las elecciones del 20D y con el que consiguió 90 diputados.

Ahora resulta que para conseguir llegar a la Moncloa, ambición al parecer genética, ya no sólo suya sino de todos aquellos que con él sueñan en el ascenso político, social, y económico, los programas electorales ya no son lo que se gritaba en los mítines, lo que se prometía llevar a cabo a pesar de las dificultades, lo que sería el “santo y seña” del PSOE.

Ahora, señor Pedro Sánchez, todo eso ya no vale. Los sillones se compran prometiendo prebendas por cada apoyo que se reciba y pagándolas con el dinero de todos.

Ahora, se acude a las reuniones con papel y lápiz, pero sobre todo con la “goma hipócrita del borrado automático” por intereses de sillón.

Uno se pregunta si al españolito de a pie se le puede ningunear de forma continua, creyéndose, algunos, que son dueños del destino de todos y cada uno de los que pisamos esta piel de toro que llamamos, hoy por hoy, España.

Don Pedro Sánchez CEDE con Pablo Iglesias de Podemos, por cierto mentiroso declarado u por eso no culpable; CEDE con Compromís, grupo polivalente que sueña conquistar Europa con el Valenciano o con el Catalán, depende de las aportaciones; CEDE con los Canarios por sustanciosas partidas presupuestarias; CEDE con los nacionalistas vascos, prometiéndoles aquello por lo que fueron asesinados miles de españoles; CEDE con los nacionalistas catalanes con argucias de mercadillo, jugando como un trilero con la unidad nacional.

Don Pedro Sánchez y compañeros de partida recuerden siempre que a la historia pasan los hombres de Estado no los vendedores de sueños, vividores con el patrimonio ajeno por haber tenido la suerte de estar en el lugar preciso en el momento adecuado pero NUNCA PORQUE FUERAN LOS MÁS HONRADOS POLITICAMENTE.



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