Propuestas para meditar
Publicado por Gerardo Hdez Zorroza, Posteado enOpinión
El personal que trabaja de cara al público, no en todos los sitios por igual, claro, tiene que soportar una presión superior casi todos los días a la que pueden «digerir». Lo veo en el personal del Área Administrativa de un Ambulatorio grande, como donde trabajo, lo siento en mis propias carnes de médico de primaria y lo veo en muchas otras facetas de la vida laboral en general.
Este dis-estrés –que hemos aceptado parece ser como «normal»–, compromete no solo la salud de los trabajadores, sino que está volviendo neurótico el Sistema que se aplica por unas áreas gerenciales y de “recursos humanos”, más preocupadas, entiendo, por el tema económico y de imagen que por otra cosa. Todo esto, ha hecho que aumenten los enfrentamientos entre los que reclaman atención y el personal que atiende, entre los miembros de las distintas áreas laborales –cada día más enrocados y a la defensiva– y… bueno, en todos los ámbitos en general.
Lo he dicho alguna otra vez y lo repito, más que aplicar soluciones simples –que algunas se aplican, tampoco niego la mayor–, se incide en las complejas, producto del intento de justificación (el ego a pasear) y su pretensión de demostrar. La explicación viene de que, la inmensa mayoría, hemos aprendido a vivir en una cultura que alimenta las conductas “egóicas”, reactivas y victimitas.
Existen, para mi gusto, demasiados cargos intermedios, que ponen en marcha acciones y planes para reorganizar la situación, pero pocos «indios» para llevar a cabo el trabajo con menos presión. Se refuerzan, a menudo, los puestos organizativos, y se asignan recursos para propuestas que parecen desde el principio, y acaban resultando al final, ineficaces, pero no se refuerzan los puestos sobrecargados, ni tampoco se hace una llamada social a la responsabilidad
Existe un estrés positivo, que nos facilita las actividades de la vida diaria, y un estrés negativo (dis-estrés), que comienza a notarse a la hora y media de trabajo continuado y conlleva dificultades de concentración y de memoria, además de tensión y cansancio que multiplican los fallos del trabajador. Este dis-estrés, hemos caído en el error de querer combatirlo exclusivamente, como enseñan muy bien en los cursos de liderazgo y relaciones humanas, con respiraciones profundas, mediadas para la mejora de la asertividad y la escucha, además de otros, que, creo, no sirven ni servirán si no nos hacemos bien conscientes de la situación sobrevenida y educamos mejor a la gente –desde la infancia– para ser menos dependiente de la estructura del Estado que, como cualquier estructura que concentra poder y alimenta la dependencia del ciudadano que delega su responsabilidad en él, empieza a hacer aguas. Unas aguas que nos pueden inundar seriamente si no aplicamos solución al factor humano y el dis-estrés comentado, nos auto-gestionarnos mejor y simplificamos.