PODA EN ARGUALAS. CASABLANCA. ZARAGOZA.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enOpinión
(Del Libro (Crónicas de Borrador)
Los espigados pinos debieron ser podados si analizamos el desastre montado en la vía.
La Vía Ibérica tiene un especial tráfico. Ancha. Cuidada (salvo en aquel momento) conduciendo a todo punto que se desee. De proximidad Valdespartera. Uno de los conjuntos urbanísticos más poblado.
Ante la parada del autobús que tarda se ve el destrozo. A contar; que un buen ciudadano ya retiró las ramas más gruesas y las llevó a la acera. Las agujas de pino son de ceroso suficiente como para el resbalón.
El Ayuntamiento de Zaragoza pone a disposición un número al que llamar (si te consideras ciudadano).
Ver y no hacer nada esperando que el patinazo de un coche se convierta en accidente eso lo saben hacer mayorías lo contrario dar el toque de alerta con responsabilidad; solo cuesta mínimo tiempo y llamada.
Las prisas no son buenas. Ese tema fue tocado por el joven que retiró las ramas más allá del bordillo con una de las personas que se encontraba en la parada.
-No son buenas y si no a la muestra me remito.
Pasa el tiempo y la llamada al Ayuntamiento no da resultado.
Repetición. Llamada e insistencia. Que es pasada directamente con los servicios de mantenimiento del Consistorio zaragozano.
Lo delirante… Ver pasar un coche de la policía municipal esquivando el manto verde de las piñas ¿piñonero?. El joven hace seña: Que paren. Y el copiloto (otro policía) reenvía un gesto alzado hacia detrás.
¿Quién llega? Que no llega. Lo inaudito tiene nombre: Irresponsabilidad. Y la velocidad del conductor digan nombre.
Veinte minutos después aparece el camión cisterna y con manguera a presión barre hacia bordillo lo que no debió nunca ser motivo de trabajo mal hecho. Sin seriedad y sin responsabilidad.
El resto queda para la imaginación. Llegado el autobús de Ciudad la parada queda desierta joven y dama tomaron rumbo.
¿Y los trabajadores de la limpieza? ¿“Posiblemente contrariados”?
A vista del día siguiente; hicieron bien la recogida.
2 de diciembre de 2015.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay
