Cartas al Director

Pedro Sánchez desesperadamente busca aun algún resquicio de poder.

Todo lo tiene en su contra, desde hace mucho tiempo, pero se aferra a lo imposible.

Se aferra a un algo claramente inexistente que le está haciendo perder hasta su propia dignidad, y la dignidad de su partido, y la dignidad de sus seguidores, y la dignidad de aquellos que años atrás lucharon con gallardía por conseguir unos objetivos dignos y loables.

Qué pena ver a un hombre con respetable presencia buscando entre el fango y desenvolviéndose entre la carroña de su propia y miserable situación actual.

España día a día se desvanece naufragando, sin encontrar un gobierno estable que rija sus destinos y mientras muchos miserables políticos o parlamentarios, muchos, buscando el tesoro de su propio poder a costa de que España pueda acabar incluso en el abismo tremendo de una nueva crisis.

A Pedro Sánchez se le puede  cantar aquella canción: Dónde vas Alfonso XII donde vas triste de ti, voy en busca de palacio (Moncloa) que ya lo tengo cerca de mí.

Qué desesperanza produce esta realidad de unos tristes acontecimientos que nos demuestran una vez más que bajo la careta de la muy respetable democracia se esconde el perfil de unos personajes egoístas e insólitamente audaces para conseguir sus rastreros objetivos personales y además como sea, y a costa: de lo que sea y de quién sea.