Cartas al Director

 

(Del Libro “Pájaros y Plumas. Soliloquios en tempero”)

Pedir al día siguiente la cabeza del Entrenador Juan Antonio Orenga no mejora (en esta ocasión) el resultado ya que en partidos anteriores sí que practicaron los interfectos el juego al que se está acostumbrado presenciar.

Son los baloncestistas quienes han de invocar el mea culpa; responsables en la cancha.

El juego fue… pesado.

Carente de atractivo en el encestado.

Tras el repaso de los nombres… no se salva uno.

Bases: Sergio Rodríguez. José Manuel Calderón. Ricki Rubio.
Aleros: Juan Carlos Navarro. Alex Abrines. Sergio Llul. Rudy Fernández.
Pivots: Pau Gasol. Marc Gasol. Serge Ibaka. Felipe Reyes. Victor Claver.

El aficionado no esperaba la decepcionante actuación. Vistos los anteriores partidos la apuesta estaba a favor del Equipo Español de Baloncesto.

El sentimiento español se sentía en la grada. Jóvenes seguidores iniciados con la doble particularidad: Llevar los colores españoles y defender a su Selección.

Algún acérrimo tuvo que marchar con la esperanza rota. La España no recompensada.

¿Por qué el Equipo Español actuó como en senda de caracoles?

Delante de la B está la A.

No hay equipo (aparte del español) que en sus filas entre los que participan haya quien practique el doble de cerviz cuando suena la interpretación del Himno Nacional. (No en señal de respeto se nota a las claras que es signo de que molesta).

Español por intereses… Podría decirse de Ibaka.

¿Pero… qué pensar de Ricardo Rubio Vives conocido por Ricki Rubio que de hábito preconiza la búsqueda del caracol perdido?

Si como al parecer juega en equipos americanos (del Norte) se le debería de haber pegado eso… “el apego” a la Bandera y el Himno en lo que representa.

¿Qué figura en su carta de presentación…? ¿Español o Catalán?

¿O la parecida actitud de Juan Carlos Navarro su tocayo?

Un mal comienzo y un peor final. Francia se recompone con 65 puntos y España puntuación pésima de 52.

No hay últimos cinco minutos. La conexión se interrumpe voluntariamente la prensa del día siguiente dará “cancha” a la mala suerte. Al francés que no era tan débil como se creía (aunque lo había ganado España anteriormente) al cansancio acumulado y de lo que no habla es del trasnochar si cabe.

Uno de los comentaristas en comienzo de retransmisión hizo el alago de que Marc Gasol dedicaría a su hija el logro del partido.

Se supone habrá sido generoso y no le ha dedicado la derrota.

Para los mal pensados.

Que se encontrase Casillas y Ramos entre la afición no era alimentar el pase a lo mismo de lo mismo…

¡Simple casualidad!

¡En Fútbol y Baloncesto! Las Selecciones de España en dique seco.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay