MENSAJES DE IMPOTENCIA Y BRINDIS AL SOL
Publicado por Gerardo Hdez Zorroza, Posteado enOpinión
Todos los días, sin falla, recibimos mensajes negativos que, lejos de hacernos creer en nuestras capacidades, intentan alejarnos de ellas y hacernos sentir dependientes de nuestros gobernantes y de esa pequeña realidad que creemos es nuestra vida.
Hablo de pequeña realidad, sí, sin ningún reparo ni vergüenza al hacerlo. Es más, digo también que la otra realidad, la Realidad con mayúsculas, está oculta por el activismo social estéril y el «ruido» de nuestras vidas corrientes, y que, debido a ello, no podemos vislumbrarla.
Y digo más, los que nos gobiernan –y no hablo de los que figuran, sino de los que deciden–, no están interesados, en absoluto, en que esto se pueda dar, en que nuestro despertar suceda, pues para ellos supondría el fin de lo que entienden como su «Gran Negocio».
Casi todo lo hemos convertido o queremos convertir, si no lo está, en negocio. La banca, la actividad empresarial, la «Sanidad», la «Enseñanza» y, claro, a estas alturas «nos empieza a preocupar» que, con estos mimbres, la gente se deprima.
Ayer mismo leía en el diario El Correo que Osakidetza prepara un plan de choque contra la depresión, que debido a esta crisis está aumentando y satura los Ambulatorios. Calculan que alrededor del 10% de la población está deprimida.
Pero no se piensen que señalan los tiros a corregir las causas reales de la misma, tomando al toro por los cuernos, ¡no por Dios!, pues lo que pretenden es dedicar 300 de sus trabajadores, entre médic@s y personal de enfermería para que, mediante un cuestionario previo, separen las «depresiones leves» –que serán tratadas mediante técnicas psicológicas– de las otras, las moderadas o graves que dependerán ya directamente de la Industria Fármaco-Química y sus manejos.
Lo que quizá parezca una intervención «oportuna» a más de un@, desde mi punto de vista, no es más que otra forma de marear la perdiz y complicar probablemente la actividad de los profesionales sanitarios –y estoy hablando como médico de Primaria–, a los que se pretende guiar desde las «altas esferas» continuamente en el cómo y en qué facetas deben desarrollar su actividad, como si los pacientes fueran meros componentes mecánicos, y la intervención médico-sanitaria tuviera que ser programada por los cuidadores de «La Máquina».
Mientras tanto, y paradógicamente con la intervención propuesta, en las zonas de mayor demanda asistencial –donde más se está notando la crisis– las consultas de Primaria siguen y seguirán sobrecargadas, y cada día más, es previsible, de pacientes urgentes o indemorables reclamando remedios rápidos. Eso sí, debidamente etiquetados y re-conducidos, «en positivo», para que, a pesar de no conseguir trabajo, verse sin dinero y otros asuntos «menores», se sientan bien atendidos por el Sistema.