” MEDITACIÓN” SOBRE LA ALCALDESA DE AGUILAR DE LA FRONTERA (Córdoba), señora CARMEN FLORES
Publicado por EL ZORBA, Posteado enOpinión
Algunos políticos creen tener el derecho de CRIMINALIZAR las creencias privadas y las públicas, simplemente, porque no va con ellos. Es el caso de la señora CARMEN FLORES, alcaldesa de Aguilar de la Frontera (Córdoba), perteneciente a Izquierda Unida.
Hay muchos aspectos de la Ley de Memoria Histórica que confunden la “REPARACIÓN” con la “CONFRONTACIÓN”; esto último no es de IZQUIERDAS, sino de mentes retorcidas, como la de la señora alcaldesa citada, mentes llenas de odio hacia cualquier sentimiento religioso, hacia cualquier persona creyente y hacia realidades históricas que NUNCA VIVIERON y que, además, NO CONOCEN CON OBJETIVIDAD.
DERRIBAR no cuesta mucho, simplemente pisotear la libertad y eso es tan sencillo como ignorar a los demás conciudadanos.
DERRIBAR, señora alcaldesa, CARMEN FLORES, no da de comer, ni amplia la cultura, ni hace más grandes las plazas de los pueblos, en las que se convive en libertad, sin cerrojos históricos, ya oxidados.
DERRIBAR la Cruz del Convento de las Hermanas Descalzas es PISOTEAR con INSOLENCIA el derecho, la libertad y la vida de esas hermanas, dedicadas al servicio de la caridad ajena, esa que usted no ofrece, sino que la vende a cambio de prebendas y alabanzas.
Estamos, señora alcaldesa, en el siglo XXI, el siglo que llaman de la “globalización” y usted, sin embargo, con sus DERRIBOS parece que vive en la oscura cueva de la que sólo sale fuego fatuo de excrementos malolientes y en la que se esconden seres de lengua viperina… alguien describió esa cueva con el nombre “cueva de los vampiros”.
Señora alcaldesa, CARMEN FLORES, las ideas no conducen a la cárcel y en su caso ni al confesonario… pero los ACTOS si merecen ser juzgados con rigor democrático.
Una última cuestión. Me gustaría conocer la opinión de su querido compañero, el ministro de Consumo, don ALBERTO C. GARZÓN…, es por si forma parte de su cuadrilla.
Que ese Dios al que usted parece ignorar y, además, desea DERRIBAR, perdone su insolencia, perdone su ignorante soberbia y le siente en el banquillo sereno de la justicia.