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mayo 2016

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Las ESTELADES y las normas deportivas

Publicado por , Posteado enOpinión

La legislación por la que se rige la actividad deportiva, tanto a nivel europeo como a nivel nacional, prohíbe de forma tajante la utilización de cualquier signo de tipo político en el ámbito de las celebraciones deportivas.

El Club de Futbol Barcelona, el entorno social del mismo y las autoridades “políticas” de la Comunidad de Cataluña deben tener claro que la imagen de ofensa y menosprecio a la mayor institución del Estado, que de forma reiterada propugnan cada vez que se celebra una final de la Copa del Rey, no entra en el ámbito de la libertad de expresión sino en el ámbito del desprecio absoluto a millones y millones de españoles, además del incumplimiento de las normas deportivas de obligado cumplimiento.

El Club de Futbol Barcelona debería ser coherente, sinónimo de honradez, y decidir con claridad: acatar la norma y promover y exigir su cumplimiento o comunicar a los organismos correspondientes que no acepta cumplir la legislación deportiva y en consecuencia abandonar los ORGANISMOS DEPORTIVOS cuyos Estatutos exigen lo que, de forma reiterada, se niegan a cumplir.

Políticamente, a los gobernantes se les pide coherencia, simple y llanamente coherencia en todas sus actuaciones.

Despreciable es argumentar el incumplimiento, activo y pasivo, en base al llamado “derecho a la libertad de expresión”, porque se olvidan que su mal llamada “libertad” humilla a miles de seguidores del Club de Futbol Barcelona que viven en Cataluña, a miles de seguidores que viven en el resto de España y a millones de españoles que exigen respeto a los símbolos nacionales.

La Estelade será, nadie lo duda, el símbolo de unos “sentimientos” que cuando traspasan el ámbito deportivo se convierteno mejor dicho, algunos los han convertido en sentimientos de enfrentamiento político social, que no tienen nada que ver con el deporte.

Algunos están convirtiendo la histórica y extraordinaria Cataluña en una “Venezuela la chica”, adueñándose de sentimientos y exigiendo a todos lo que ninguno de ellos consentiría en su casa, es decir el desprecio del vecino.

La hipocresía de vivir en el mundo deportivo europeo y, al mismo tiempo, enorgullecerse de incumplir aquellas normas que no les gusta, es, como mínimo, motivo para ser sancionados y suspendidos para competir ya que no se tiene la honradez de retirarse voluntariamente.

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