Cartas al Director

Recientemente esperando mi turno en la cola del supermercado, fui testigo de como dos mujeres (probablemente amigas y vecinas). Tomaban distintas posiciones en airada discusión, sobre el tema “La condena de la Pantoja”.
Una la defendía. Alegando conjuras, persecuciones y delitos más graves de “otros”. La otra hacía lo propio en sentido contrario. Apelando a la igualdad de todos ante la ley.
Esa escena seguida con interés por los presentes. Y a buen seguro no excepcional. Casi sin querer me trajo a la memoria, la evocación tan mañida como cierta. Sobre “las dos España”.
Pensé para mis adentros: ¡A las puertas del 2015! ¿Son estas las dos Españas?
Mas allá de lo anecdótico. En una reflexión para mis adentros más profunda, llegue a la conclusión de que sí. Representan perfectamente dos formas de entender la vida. Y el papel de los individuos en la sociedad.
Por un lado, la España que consideran la corrupción política como algo intrínseco al poder. Incluso un mal menor, si con sus chanchullos crean algun empleo. Y por otro, los que lo consideran un grave delito a perseguir.
Los que cuando el asunto alcanza límites desorbitados. Se dan por satisfechos con un cambios de nombres. Y los que reclaman medidas correctivas, en las causas que la generan.
En resumen los ciudadanos que ven la política como algo ajeno e inalcanzable y los que consideran la participación ciudadana, un derecho y un deber.
Hilando con esto, para cerrar el circulo, añadiremos: Los que se conforma con el pan y el circo. Actualmente en forma de fauna “casposilla” poblando los platos de T.V. (folclórica incluida). Y los que los ignoran o les repelen.
Por mi parte, considero oportuno utilizar la sutil cita de Quevedo. En un claro guiño a nuestros clásicos.. Cuando sutilmente dijo: “Usted es-coja”.