La Verdad no adulterada gotea de la Sangre de Cristo.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
El doctor Torelló estudio medicina en Barcelona y era doctor en Psiquiatría. Fue ordenado sacerdote siendo numerario del Opus Dei. Era un sacerdote inquieto. Se acreditaba en él una fuerza vibrante, directa y viva que surgía de una fe y un amor a Dios vividos de una forma apasionada. A sus conocimientos científicos sumaba su fe profunda, un gran corazón y un amplio conocimiento de teología, antropología y psicología pastoral. Sus palabras llegaban al epicentro del alma de quien lo escuchaba. El libro “Él nos amó primero” reproduce algunas de sus predicaciones en la Iglesia de San Pedro de Viena encomendada al Opus Dei y de la que fue rector.
La predicación del doctor Torelló era optimista y alegre, y en ella deshace algunos tabúes sobre la fe y la razón y tiene como denominador común el amor de Dios. Utiliza sus conocimientos de Psicología Pastoral, asignatura de la que era profesor, y nos dice:
- “El activismo es casi una devaluación de lo más humano del hombre. Y muchas neurosis vienen de un enorme egocentrismo que causa el activismo”.
En su libro sigue a su maestro espiritual, san Josemaría, recalcando una y otra vez que el amor a Dios hay que vivirlo en las cosas cotidianas de la vida:
- “Todas las virtudes, desde las más elevadas hasta las más simples, surgen crecen y se desarrollan en la vida cotidiana”.
- “Hay que poner amor en todas las cosas: ¡qué triste es ir a misa o celebrar la misa como un deber!”.
Juan Bautista Torelló escribe:
- “La definición de Dios es que es amor y como el hombre debe parecerse a Dios, es decir ser también amor, no cabe la violencia de ningún género, ni física ni psíquica“
- “A la violencia se la vence con la oración y con la gracia de Dios”.
- “La gente tiene miedo al amor porque tenemos miedo a las renuncias que exige el amor y esto es una neurosis de nuestro tiempo: el miedo al amor, pero solo el que ama se realiza como persona”.
Por eso, Juan Bautista Torelló desde su fe y también desde su corazón, predicaba el amor, el único que puede dar alegría y paz interior.
Y ¿dónde mejor encontrar ese amor de Dios?:
- En la Eucaristía, centro de la vida cristiana, y en la vida ordinaria.
Torelló nos dice:
- Entre la Verdad y la mentira no quiero componendas y pactos:
- “No puede haber ninguna reconciliación entre Verdad y falsedad pues Cristo es la Verdad y la Vida”.
- La Verdad la recibimos pura y no adulterada.
- “Llega goteando de la Sangre de Cristo. No podemos adulterarla. Hay que unir la Verdad con el amor, si no distorsionamos el mensaje”