Cartas al Director

Ya todos los cordobeses padecimos la entrega de la entonces “comunista” y alcaldesa de Córdoba Rosa Aguilar con la Iglesia Católica, y muy especialmente con el Cura-banquero Castillejo.

Después vino la espantada con nocturnidad y alevosía de la rebautizada en el Rocío como Rosa de las Marismas tanto de IU como de Córdoba; pasando a ser Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, con el PSOE.

Y desde este cargo, le concedió permiso a la Iglesia cordobesa para abrir una puerta en la Mezquita, donde había una celosía protegida.

Permiso que ahora la tumban los Tribunales, alegando que contraviene las propias normas de la Junta.

¿Eso no es prevaricación, aparte de integrismo?

Y es que eso de ser al mismo tiempo comunista, socialista, católica y monárquica; es una cruz muy pesada.

Rafael Bueno.

Córdoba.

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