LA PACIENCIA TIENE NOMBRE. CARIÑO.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enOpinión
(Del Libro «Siembra y Cosecha»)
Quise conocer de cerca la persona que daba de comer (con suma paciencia en la instantánea) a su perrilla “Cariño”. Este lo hacía en la esperanza de que no muriese.
Su cuidador relató la siguiente historia.
Años atrás cuando Zaragoza estaba de Fiesta y las Ferias eran emplazadas frente a la Facultad de Veterinaria.
Fui con mi familia al Recinto Ferial.
La suerte nos acompañó. A la mayor le gustaba que le sacaran boletos en las Tómbolas e íbamos cargados con una mini bicicleta, un oso panda enorme, una oveja y no recuerda el resto.
De vuelta al coche el mejor regalo lo encontramos atado a un contenedor municipal de basuras. Era una perrilla abandonada que por su estado había tenido cachorros.
No nos lo podíamos creer que en aquel estado; la hubieran abandonado.
A la mañana siguiente la llevamos al Veterinario y tras continuadas visitas Cariño se puso lozana.
Ha sido compañera de otras perras que la edad llevo. Viajera. Cariñosa y pizpireta. Ahora…
Cariño; está enferma. Le arrancaron tres piezas dentales y tiene problemas para comer por eso le doy a trocitos el jamón o la mortadela ya que la comida que dicen exclusiva para ellos tampoco la quiere.
Ya no traga el pollo que desmenuzado casi hilo; le aproximo a la boca. Pues me temo que estando tan enferma si no come pronto se me irá.
La bajo al jardín y ahora ya no se sienta a mi lado; lo que pide es estar en su sillón. ¡Esto me aflige!
Son trece años los que lleva con nosotros y el día que falte (al igual que me pasó con otras compañeras) voy a tener un gran disgusto.
Solía enfadarse cuando era más joven con Sena. Perrilla geniuda a la que le plantaba cara.
LA PACIENCIA CIERTAMENTE TIENE NOMBRE.
UN CORREO ME NOTIFICA:
El día cinco de este mes de septiembre 2015 a la una del mediodía Cariño murió. Sus grandes ojos no dejaron de mirarme. Sebastián
Carmen Amigó y Pérez-Mongay