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julio 2019

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¿La medicina entiende de dignidad?

Publicado por , Posteado enOpinión

#lluismariaestel

Os queremos hablar de ESTEL. Nuestra hija nació viva pero el Hospital Trueta de Girona lo niega. Este Hospital además ha destrozado lo que nos quedaba entre nuestra hija y nosotros, lo que nos unía: el árbol de la vida.

Sabemos que luchar contra un gigante es difícil, sobre todo cuando este gigante es orgulloso, terco e incluso llego a pensar que tiene un punto de malvado.
Nunca pensé que llegaría a decir esto de un hospital, pero ciertamente, aquella gente que a menudo salva vidas, a veces también mata pero te hace sentir culpable a ti mismo.

Increíble, ¿verdad?
Pues cierto.

Hoy, más que nunca nos sentimos fuertes para explicar una pequeña parte de nuestro relato de parto, los motivos por los que nuestra hija nació y, posteriormente murió. Mi hija estaba muy enferma, su vida estaba, bajo una condena. Estuvimos 5 semanas hablándole más, que los 5 meses anteriores, le hicimos un homenaje (https://youtu.be/bjrRMDjnns4), nos despedimos de ella de manera sana porque ella confiaba en nosotros y nosotros confiábamos en ella.

Durante aquellas tormentosas semanas mucha de la gente que estaba a nuestro lado no entendió nada de lo que estábamos haciendo. Parece ser que nosotros estábamos recibiendo la muerte con los brazos abiertos de manera dulce y agradable, pero para el resto de mundo sólo estábamos alargando una agonía.

Aquellas semanas tuvimos que decidir ante una ley que no entendía de sentimientos, ante unas personas que nunca se pusieron a nuestra piel y que sólo les interesaba que firmáramos un papel. Ahora los llamo «perfectos candidatos a comerciales» y después de rechazar un feticidio (la inyección de digoxina o cloruro de potasio) optamos por una inducción al parto (mifepristona combinada con misoprostol).

Recordamos que un día de abril ya publicamos en las redes sociales un solo deseo: «por favor ESTEL nace en vida, el papi y yo tenemos un mensaje para darte, pero te pedimos sólo que nos hagas este regalo, ven, saludanos, escúchanos y luego ya te dejaremos ir «.

Ella, con sólo 22 semanas, nos escuchó y así es como llegó al mundo. Aquel es y será el regalo de nuestra vida y nada ni nadie lo podrá superar. En aquella mañana recibimos la vida pero, al cabo de un rato recibimos la muerte, una muerte sana.

Una muerte que queríamos honrar con el árbol de la vida que ESTEL nos dejó, un árbol de la vida que el Hospital Josep Trueta me arrancó del vientre, sin previo aviso y que ahora, dos meses más tarde, nos acaban de confirmar que nuestra placenta ha estado destrozada sin nuestro consentimiento, dejándonos huérfanos de cualquier ritual que deseábamos hacer para honrar a nuestra hija.

Una muerte que se convirtió en un demonio al cabo de 48 horas. El Hospital Josep Trueta de Girona emitió un informe que decía que el deseo de ESTEL no había sido concedido. Un informe firmado por una persona ajena al proceso de parto, donde decía que yo “había expulsado a un feto sin vida».

Como os podéis imaginar, no somos padres de un «feto sin vida». Somos padres del cielo, porque nuestra hija nació con un pedacito de vida, porque nuestra hija vino al mundo y ahora descansa en medio las estrellas y brilla cada noche con más fuerza.

Hemos descubierto que parece ser que somos unos más, somos un número de expediente más. Esto nos hace pensar que en la facultad de medicina sólo les enseñan a actuar como máquinas, recetar medicamentos y hacer pruebas, pero ¿os habéis parado a pensar si en la facultad de medicina les enseñan ética? ¿O la ética se lleva en el corazón y no hay enseñanza que valga?

Posiblemente el día que a una doctora o un doctor le digan que su hija está muerta, entenderá que las personas somos más que simples números, que las personas tenemos sentimientos y que por encima de todo las personas somos humanos, de carne y hueso, con corazón y sentimientos y que la verdad está por encima de un protocolo que no entiende de múltiples circunstancias que a veces, de manera imprevisible, suceden.

Hoy, seguimos pidiendo que se reconozcan los echos, que nuestra hija nació con vida, que se reconozca un echo que vivimos en primera persona y que fue el regalo de nuestra hija para nosotros.
Gracias.
Podéis seguirnos en el #lluismariaestel o bien en nuestro blog:

https://petitaestel.blogspot.com/

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