LA ESPAÑA DEL CORREO ELECTRONICO. TIPPI LA NIÑA DE LA SELVA.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enOpinión
(Del Libro “Pájaros y plumas. Soliloquios en tempero”)
Andan abiertos juicios que se eternizan donde el principal testigo resulta ser el correo electrónico.
Al parecer el comercio sigue abierto para la venta de información y ahora no solo es DNI o número de la Seguridad Social. Matricula de coche y propietario a ello se viene a añadir ese correo que tiene cuerpo en ocasiones etéreo y cual rayo recorre la red. ¡Cosa de magia!
La velocidad ha reconducido la carta casi a documento del pasado.
De comentario actual.
Al parecer… Las invitaciones desde la Casa Real enviadas para los Actos de Abdicación de Juan Carlos I y Proclamación de Felipe VI se realizaron por este medio. Del que se sirve Gobierno Regional hace tiempo. Culturalmente hablando. ¡Otros…! Desconozco.
El correo electrónico tiene orden de acercamiento. Lo abres y te conduce al ensueño, a la reflexión, al mosqueo y en ocasiones al cabreo. No tomar por palabra malsonante esta última; el libro llamado Cabreo existe y se encuentra para consulta en cualquier Archivo Parroquial. En él se llevan cuentas y posesiones. De ponerlo al parigual sería “Hacienda” porque ambos se encargan del mismo cometido: Estimación de rentas y cobro.
Reflejado viene el trabajo de verdaderos investigadores de la actualidad; encuentro con Gobiernos Autonómicos. Nación. Ayuntamientos. Cuentas. Y en momento de votaciones te llega explicitado votos y partidos porque hay personas muy interesantes e interesadas en dártelo a conocer haciendo llegar el sobre… Del correo electrónico.
¿Y el sobre que te pregunta…?
¿Deseas abrir este archivo?
E insiste… ¡Abrir! Cancelar.
Cierto que no todo lo que por la red hacen circular es de apetecer. Lo que sí es cierto que hay un rico apartado para documentarse. Llegando lejos en comparación a lo que Prensa y Medios de Comunicación Televisivos publican.
Para ciertos “prospectores” el correo es símil de incordio. Si en él reflejado queda vida y milagros (Señorías). La vida de sus cacerías. Aquello que hizo caer al Ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo el 23 de febrero de 2009 (una dura vista a contemplar con tanto ejemplar muerto).
Cercanas sin suspense; las críticas a acompañantes en tierras africanas con resultado de caída que lo descubriera todo. Viajes a países del petróleo donde la bigamia es de uso diario con el agravante de dar titulo a quien no lo tiene.
¿Culpable…?
Cierto. Cierto.
Lo exhaustivo puede llevar impreso aburrimiento.
Saltando los cientos de correos interesantes que guardo en carpeta especial me quedo con el último recibido: La Niña de la Selva.
Tippi Benjamine Okanti Degré. Nacida 4 de junio de 1990. Hija de fotógrafos franceses viajeros incansables por África durante una década. Desde su nacimiento a Tippi la hicieron participe en el desierto de Namibia.
“Fue mágico vivir el libertad la naturaleza junto a Tippi. Ella nació y se crió hasta los diez años en plena naturaleza con la compañía de todo tipo de animales, la mayor parte de su tiempo. Mi hija posee un vínculo de especial armonía y sabe conectar con la mentalidad de estos animales. Consideraba que eran sus amigos y nunca les tuvo miedo, simplemente los miraba a los ojos y hablaba con ellos”.
Se trata de un extracto. Palabras de su madre.
¿Quedarme…? Es un decir. Tippi vive y estudia en París.
El abandono de su mundo de libertad (aunque condicionada a las sesiones de trabajo fotográficas). Sus amigos Bosquimanos e Himbas tribus del Kalahari los animales que durante esa década fueron sus compañeros de desierto…
El 6 de noviembre de 2013 Tippi estuvo en Barcelona con motivo del Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente lo cual pasó inadvertido para el resto de la ciudadanía española.
El correo electrónico ha sido capaz de despertar mi interés y pregunta.¿Tippi eres feliz en tu entorno parisino?
La España del Correo Electrónico ha querido desde Cataluña traer visión diferente y hermosa. Hoy ambos Amigó prescindiremos del final con política. Que resulta polémica.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay