La democracia se viene abajo
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Cuando se hace caso omiso de las voces críticas que denuncian y alertan sobre las malas prácticas políticas, es justo el momento en que la degradación democrática abre paso a la instauración de la demagogia
En un artículo de opinión como el presente, el autor, suele expresar su parecer sobre un tema cotidiano, intentando a través de lo implícito de su columna convencer y atraer las simpatías de su público lector, que generalmente, mantiene relación de fidelidad con el columnista en razón a su estilo y a su ingenio, y todo, en el contexto de un enlace de tendencias que de satisfacer a los destinatarios, estos, en una actitud de correspondencia convierten al autor en su referente de opinión y especialmente en su articulista preferido, y cuando esto ocurre y el lector le ofrece el valioso regalo de su tiempo y su atención, en deferencia, el beneficiado debe devolver algo digno, y el mejor presente no ha de ser otro que hacer gala expresiva de la verdad y del rigor informativo.
No en balde, para satisfacer ambas contrapartidas es condición «sine qua non» fundamentar la información que se difunda, y ello en periodismo no es posible sin disponer de la verdad objetiva de los hechos, veracidad, que debe incluir en todo caso el deber de contrastar sus fuentes, y solo satisfechos esos requisitos se podrá difundir con el debido rigor y la precisa solvencia la información de contenidos acreditados; pues supuesto contrario, se corre el riesgo de facilitar el acceso a las malas prácticas y al margen de todo código deontológico poner en circulación contenidos de deficiente solvencia o de dudosa credibilidad, o para mayor complejidad, proceder de modo sibilino dejando en manos del lector la potestad aleatoria de filtrar o confirmar la ratificación de su contexto.
Este autor, observante con lo establecido en el artículo 20 de la Constitución sobre el derecho de difusión, teniendo presente igualmente la amplia jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre el término veracidad en el contexto informativo y su carácter de obligación extensiva hacia todo sujeto que se dedique a difundir información. Por eso, aún cuando como género periodístico los artículos de opinión son más abiertos a la subjetividad, es disciplina de este columnista auto imponerse el rigor normativo hasta sus últimas consecuencias y actuar de forma estrictamente rigurosa y fidedigna, máxime cuando el contenido de sus artículos por sus características pueda tener la consideración de materia sensible y su alcance pueda arrastrar repercusiones a terceros.
Callar cuando la respuesta es el ninguneo, presupone incrementar el déficit de la calidad democrática
Ante ese intento de doblegar lo evidente amordazando toda voz crítica, es cuando mas ahínco debe poner el difusor de la información en la reafirmación de sus denuncias, pues callar cuando la única respuesta es el ninguneo, además de un espaldarazo a la perversión presupone incrementar el déficit de la calidad democrática al condescender con unos representantes municipales que a pesar del probado carácter delictivo de los hechos denunciados siguen sin reaccionar, y todo, mientras sarcásticamente metidos en campaña electoral, no reparen lo mas mínimo en erigirse en referentes de la transparencia y adalides de la participación ciudadana a pesar de su probada implicación en temas graves y públicos, vinculados a la corrupción.
Es por eso que en la singularidad de un Fene atípico donde a pesar de las fundadas y refrendadas denuncias, la opacidad mantiene alianza estratégica con el silencio administrativo, con la velada finalidad de consumar ilegalmente la enajenación y cesión gratuita de bienes patrimoniales de esta entidad local en el contexto de una actuación inmoral e ilícita que compartida por acción u omisión por tres de las fuerzas políticas que conforman la corporación, ante la contundencia de las pruebas documentales que refrendan los hechos y la reiterada negativa a la subsanación; en razón a esta dejación de funciones no solo se está causando un menoscabo al patrimonio público, sino también haciendo un daño inmenso a la imagen de la institución y que ante la pertinaz rebeldía corporativa exige sin dilación la intervención de la judicatura vía resarcimiento y expurga de responsabilidades.
Pues de igual modo que al articulista se le exige que independientemente del género que utilice para transmitir su denuncia, el deber de tener rigor en la base de su información, al político denunciado también debe exigírsele el rendimiento de cuentas ante la ciudadanía, pues caso contrario, se vendrá a refrendar que lo peor de la corrupción no es solo que sean frecuentes los comportamientos delictivos sino que los mismos queden impunes, y lo que es mas grave que a pesar de todo y como resulta ser el caso se autorice la concurrencia de los encausados en el proceso electoral.