KOALAS. INCENDIO FORESTAL EN AUSTRALIA.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enOpinión
(Del Libro «Crónicas de Borrador»)
El fuego devoró cientos de kilómetros cuadrados y al parecer contabilizaron UN MILLÓN DE ANIMALES MUERTOS. Durante una larga semana la temperatura no bajó de 48º.
¿Por qué no llamar asesinato al ser premeditada la quema?
Tratándose de animales ¿acaso han de perder la condición de Ser?
Seres que viven en nuestro entorno a los que debiera protegerse. La mano del hombre los lleva a la casi extinción cuando los intereses de su cartera en banco engordan. A eso le llaman: Urbanizar.
La destrucción del 80% de los bosques de eucaliptus (alimento primordial para los KOALAS) ha hecho de Australia un País en vías de desertización de continuar por estos derroteros. Los árboles son vida; sin ellos la vida perece.
Los Koalas. Animales que no se dejan ver (les gusta la tranquilidad y su ambiente) se acercaron a las casas a pedir agua para beber y alguno tras beber se metió dentro del barreño para bañarse.
En una de las carreteras circulaban ciclistas a los que les salieron al paso. Los ases de la carretera se detuvieron para dar de beber a estos animales. Muchos de ellos heridos por quemaduras en las extremidades manos y patas.
La Koala Sam caminaba sobre la maleza ardiente y el bombero voluntario David Tree que la encontró al Norte de Melbourne le dio agua que ella aceptó.
Alma y corazón. Una mayoría de animales tiene la percepción del dolor de la alegría del hambre y la sed. No somos dueños de los animales y plantas. Pero tenemos la obligación de respetar el Medio Ambiente.
La fecha de lo traido a información no importa lo que importa es el suceso
España no se libra cada año de la quema de bosques. Los Gobiernos han de ser protectores del Medio Ambiente. De su Flora. Su Fauna. Pero son lasos e imprudentes ya que de hacer cumplir la Ley se evitaría la casi totalidad de los incendios.
¿A quién convence que siete focos de incendio sean propiciados por siete rayos?
¡No se lo cree ni el Ministro del Área!
Ni el de aquí; ni el de Australia.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay