Cartas al Director

(Del Libro «Crónicas de Borrador»)

Una dedicación la del Cuerpo de la Guardia Civil que conlleva riesgos.

Hace unos años (la bicha que duerme) nos llevó al dolor de ver morir (asesinados) a Miembros de la Benemérita. Cuerpo al Servicio de la Ciudadanía que siempre ha merecido mi admiración y respeto.

No es la primera vez que un Guardia Civil en servicio o dedicación voluntaria de asistencia es atropellado con resultado de muerte en diferentes puntos de la geografía española. Recordémosles. Hagamos acto de reflexión en su Memoria.

José Antonio Pérez fue muerto en Barbastro (Huesca). Con la vileza del que consume droga y alcohol.

En control de alcoholemia y drogas (a decir de los editoriales) el Guardia Civil que se acercó a los ocupantes del vehículo con el fin de comprobar su estado.  Al pasar este los brazos; el conductor del vehículo se los atrapó contra el volante.

José Antonio Pérez Pérez; miembro de las Fuerzas del Orden fue arrastrado medio kilómetro dejándolo muerto sobre el asfalto.

Diecisiete años (conductor) y se le podría significar como asesino.

Mientras se tenga la vara de medir de la edad del infractor tan lasa (de quien comete robo o asesinato) estaremos dando rienda suelta a esta serie de indeseables.

¿Cuatro o Cinco?

Es el número que se baraja de ocupantes. Cuatro los seguros y un posible quinto que se dio carrera.

Diecisiete años el conductor (ya encerrado) y los otros acompañantes puestos a vigilancia de sus progenitores “sic” por tener entre catorce y dieciséis años (dos varones y dos hembras).

Se trata de una muerte ocasionada y meditada (ya que sujetó los brazos del Guardia Civil y lo arrastró) por lo tanto haya de sufrir castigo quien priva vida humana.

Predicar en desierto no es lo que España necesita. Hágase  Don Jorge Fernández  Díaz;   Ministro de Interior,  que la Ley se adecue en castigo al delito.

IN MEMORIAM de José Antonio Pérez Pérez. Muerto 4 de marzo de 2016.

IN MEMORIAM de aquellos integrantes de las Fuerzas del Estado Español que entregaron su vida o se les arrebataron.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay