Cartas al Director

En mis investigaciones educativas he descubierto que en este tiempo en el que vivimos existen tendencias y comportamientos de conducta que son tan: extraños, dispares y amarañados que solo  lo que consiguen es desviar la atención de lo correcto y de lo fundamental y despistar al joven, al darle a este una diversidad tan contradictoria y heterogénea de opciones inadecuados que resultan a todas luces ineficaces para su comportamiento y para su escala de valores.

Pues como os decía  dentro de esta labor de investigación, a veces complicada, he encontrado este valioso trabajo de: Óscar Gonzáles; en la página http: //www.garciaflamenco.edu.sv/; del Salvador. El mismo me ha servido como eje guía para presentar este nuevo artículo que espero sea útil a padres y educadores.

Siempre que abordamos el tema de la educación de nuestros hijos, o de los jóvenes, de una manera u otra lógicamente terminamos hablando de la importancia de la educación en valores.

¿Pero, a qué nos referimos cuando hablamos de valores?:

• Podríamos definirlos como pilares que permiten orientar y fijar nuestro comportamiento con el objetivo de vivir y realizarnos como personas en el ámbito: familiar, profesional y social.
• Los valores nos proporcionan unas pautas, unos guiones y unas ideas para conseguir unos comportamientos adecuados, razonables y eficaces tanto a nivel individual como colectivo y social.

Poco a poco, y a medida que vamos creciendo, vamos configurando y diseñando nuestra propia escala de valores; y vamos dando más importancia a unos valores  o comportamientos en detrimento de otros:

• ¿Te has parado a pensar cuáles son los valores más importantes y más sólidos?
• ¿Has pensado cuáles se ejercitan más y cuáles tienen prioridad?
• ¿Y cuáles de esos valores te gustaría transmitir?

No podemos olvidar que para la transmisión de esos valores es mucho más importante lo que hacemos que lo que decimos, y por tanto, debemos mostrar coherencia en nuestras acciones a la hora de educar.

Aprovechemos las oportunidades de poner en práctica estos valores, pues se nos presentan a diario, en cada momento.

Eduquemos fundamentalmente con nuestro ejemplo:

• No podemos decir al niño, o al joven, que sea respetuoso con los demás cuando nosotros estamos continuamente faltando el respeto a todo el mundo

A continuación voy a destacar algunos valores fundamentales a la hora de educar a los jóvenes o a nuestros hijos.

Como padres o educadores tenemos la responsabilidad de enseñarles y ayudarles a descubrir el valor de:

La empatía:

• El niño tiene que aprender a ponerse en el lugar del otro y entender cómo piensan y sienten los demás. Esto es muy necesario para la convivencia y a veces es difícil conseguirlo.
• ¿Mostramos nosotros empatía con los sentimientos de nuestros jóvenes o hijos?

La humildad:

• Es necesario que el niño aprenda que en ningún sentido es superior: ni a nada, ni a nadie. A pesar de ello siempre tiene y debe mostrar seguridad en las capacidades que posee.
• Vivir con una actitud humilde le permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar mejorar sus debilidades.
• Actuar sin humildad es egoísmo o soberbia o arrogancia o pedantería.
• ¿Somos humildes o por el contrario arrogantes o prepotentes?
• ¿Qué ejemplo le mostramos a nuestros jóvenes y a nuestros hijos?

El compromiso:

• El compromiso es un valor que evidencia nuestra madurez y nuestra responsabilidad. Se va adquiriendo progresivamente a través de los años y hemos de ayudar a los jóvenes en este empeño.
• Hemos de inculcar a nuestros jóvenes y a nuestros hijos el valor de la palabra dada.
• ¿Educador, padre: Cumples siempre con tu palabra?

La gratitud:

• Es muy importante que nuestros jóvenes e hijos aprendan a ser agradecidos. Y tenemos que esforzarnos para lograr este objetivo primordial.
• Hay un refrán que nos dice: “Es de buen nacido ser agradecido”.
• ¿Te muestras siempre agradecido ante tu hijo y con los demás?

La amistad:

• Nuestros jóvenes e hijos deben aprender el gran valor: de la amistad, del afecto mutuo, del cariño.
• ¿Y nosotros, cuidamos nuestras amistades, somos amables y generosos con ellas?

Dentro de la compleja labor educativa, esto son solo unas pinceladas para ir introduciendo los diversos temas que componen todo el conjunto de la educación en valores. En más de una ocasión he tratado ya estos temas y los seguiré tratando con el objetivo de dar a conocer los aspectos más importantes y prioritarios del comportamiento y de la convivencia. De todas estas cuestiones depende en gran parte el futuro de una sociedad que esperamos que pueda ser: culta, educada, honesta, eficaz y responsable.

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