Cartas al Director

     Desde que el mundo existe, desde que tenemos constancia del saber humano, siempre han tenido, hemos tenido un deseo  casi “oculto” de tener como “referencia” aquellos mitos o ídolos que buscaban al efecto, algo con lo cual “redimirnos” o salvarnos en nuestros quehaceres y vivencias diarias, en definitiva en buscar algo a lo que aferrarnos. En el devenir de los siglos, son muchos como digo los ídolos o mitos ( exceptuando  quizas aquellas religiones “oficiales”) a los que el ser humano les ha rendido pleitesía, en forma de tótems  u otras figuras, y que en las sucesivas civilizaciones a lo largo de la historia, dieron en muchos casos situaciones llevadas al “paroxismo”  ídolos en gran parte, con pies de “barro”. El mundo la sociedad humana en general ha ido evolucionando, pero quizá en el fondo nos ha quedado ese “poso” esa necesidad, de seguir teniendo esos modernos “tótems” esos ídolos de píes de barro. El reciente fallecimiento, de un “conocido” futbolista ( que sin quitar méritos a sus habilidades con el balón) nos ha dejado imágenes , que para si quisieran otros o cualesquiera de los muchos “héroes” anónimos, que no merecen ni una reseña o referencia a sus logros o triunfos, nos debería hacer pensar como sociedad, que valores nos conforman, si los que llevan los pies de barro o son referencia y modelos, de adolescentes, jóvenes y los que ya no lo son tanto, o los que verdaderamente luchan y pelean cada día ( sin un balón al que darle) por que nuestro  mundo nuestra sociedad en definitiva, sea cada día un poco mejor.