Cartas al Director

Tu voz en la Red

viernes

29

agosto 2014

0

COMMENTS

Hacia el golpismo electoral

Publicado por , Posteado enOpinión

Solo con  la pérdida de la mayoría absoluta del PP nace la oportunidad de regenerar la democracia y  devolverla  a la ciudadanía,  objetivo de inviable consecución,  si la prevalencia  de las actuales  taifas políticas sigue imponiéndose a la mas que necesaria  unidad   de actuación. 

En una democracia que se precie, uno de los preceptos básicos que debe presidir su funcionamiento,   ha de ser, el hecho de participar electoralmente  en pie  de igualdad  conforme  a idénticas reglas  y en equivalente concurrencia; garantías que para nada se pueden asimilar al ordenamiento electoral vigente en este país, al ser   deliberadamente  proyectado en el transcurso de la transición  para favorecer en  exclusiva la consolidación del actual  modelo bipartidista y que en razón a tal propósito, su contenido de marcado déficit democrático, fue pensado expresamente  para erradicar  a las minorías. 

Y así, si tal  característica es factor dominante en el contexto de todo tipo de comicios  en el implícito de  la actual Ley Orgánica de Régimen Electoral General, en lo que a ayuntamientos se refiere, cuando van transcurridos treinta y seis  años desde las primeras elecciones municipales, dicho marco legal, lejos de haber corregido sus aspectos mas restrictivos, por interesado imperativo se mantuvo invariable a pesar de menoscabar con su aplicación  el ejercicio de las libertades políticas.

Hay tenemos como muestra tangible, el escamoteo de la capacidad de decisión de los ciudadanos con el mantenimiento  de las listas cerradas   y bloqueadas, la continuidad  de la antítesis democrática seguida para el reparto de concejales donde  la aplicación del sistema D´Hondt se impone a todo intento   de representación proporcional, además de la perniciosa permanencia del umbral del 5% de los votos emitidos para poder alcanzar representación, un límite,  que no solo desvirtúa el  mandato electoral de un amplio sector de votantes, sino que  hace que mas de tres millones de ciudadanos, por exclusión,  queden fuera de las instituciones municipales. Factores todos ellos, cuya prorrogada  permanencia no ayuda para nada  a mejorar la confianza de los electores hacia unos  representantes políticos que  mas que promover corrección de tan injusto sistema electoral, durante más de tres décadas  optaron por favorecerse de su arbitraria  aplicación.

De ahí que ahora, cuando el gobierno de Rajoy, en un insólito ataque de reformismo decide afrontar a toda prisa    una revisión electoral para favorecer según dice  la gobernanza municipal, en modo alguno tan  acelerada pretensión reformista puede ser considerada un acto  de sinceridad, pues lo cierto es que las limitaciones   anteriores no solo prevalecen en el marco de su propuesta,   sino que incluso, ensanchan el alcance  de su carácter restrictivo acentuando aún mas   la exclusión de las minorías y haciendo con ello mas notorio que ni los electores son iguales ante la ley, ni mucho menos todo voto tiene idéntico valor.

Todo demócrata está obligado a proceder en consecuencia, y al efecto, superando cantonalismos políticos, conformar un frente amplio electoral

Por eso que tras ese mensaje del PP expresivo de mejorar  la transparencia y la calidad de gobierno de nuestros municipios, a la par de atribuir  a los votantes un control más directo sobre quién es el alcalde, justo cuando los sondeos le son totalmente desfavorables;  lo que verdaderamente está ocultando tras  tanta prisa e improvisación, es su malsana intención de  cambiar unilateralmente las reglas del juego de unos comicios locales  a escasos meses de su celebración, con la expresa finalidad  de dificultar la formación  de gobiernos de coalición, para  así poder regalarse a sí mismo como lista mas votada un buen puñado de alcaldías.

Por tanto, cuando  la formación conservadora tira de las malas artes  haciendo valer  la  mayoría alcanzada en unas  elecciones generales  para conferirse  prelación legislativa a largo plazo,   con tal maniobra, está manipulando las reglas del juego democrático  al utilizar la voluntad de unos electores de ayer   para coartar la influencia  cambiante de los votantes futuros, para así  afianzar su   permanencia  en el poder.

Maniobra  que  resulta equívoco catalogar  como «pucherazo»,   pues la gravedad de su alcance va mucho más allá, por cuanto la verdadera razón  del cambio tiene por única finalidad neutralizar  el mas que seguro   castigo en las urnas.  Y cuando es el partido en el poder  quien al amparo de su mayoría parlamentaria  impide el avance de la competencia política optando unilateralmente por cambiar la ley, con tal actitud  está promoviendo un acto de  «golpismo electoral», que justamente  es  lo que viene dispuesto  a imponer en  solitario el  Partido Popular, ejerciendo la dualidad   de árbitro y jugador al mismo tiempo.

Ante la manifiesta   involución para la democracia que representa  la mal llamada reforma del sistema electoral local  que acuña  una derecha reaccionaria y recalcitrante, todo demócrata está obligado a proceder en consecuencia,   y al efecto, superando  cantonalismos políticos constituirse en  frente  de oposición como punto de partida  para la formación de candidaturas unitarias de confluencia,  que por agrupación de sinergias  aborten las aspiración  de quien a través de subterfugios  intenta  mantenerse en el poder sin tener la mayoría social y de espaldas a la voluntad popular.

Pues tan solo  desde la unidad de acción electoral se logrará frenar toda regresión   y  blindar la democracia.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *