Francisco y la recuperación de valores fundamentales.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
En un brillante y profundo encuentro con juristas Italianos, realizado hace unos meses, pero de gran actualidad: tanto para la vida política como en el ámbito social, el Papa recordó la aportación cristiana a los valores fundamentales.
Al recibir a los miembros del Consejo Superior de la Magistratura de Italia, el Papa Francisco reiteró que para afrontar positivamente fenómenos tan perniciosos como la expansión de la criminalidad en todas sus formas y la prolífera y enfermiza plaga de la corrupción es importante recordar que se debe intervenir, no sólo reprimiendo y con el castigo, sino educando. Repito: educando.
Recalco que la justicia ha de estar siempre al servicio:
- De los derechos humanos.
- De la dignidad humana.
- Y del bien común.
Y en este contexto señaló la aportación cristiana:
- El cristianismo ha ofrecido a estos valores fundamentales el verdadero y adecuado fundamento:
“El amor a Dios es inseparable del amor al prójimo”.
(cfr Mt 22, 34-40).
A partir de ahí, también estos fenómenos, como hemos dicho:
- La plaga de la criminalidad.
- Y la plaga de la corrupción.
Que tanto nos afecta por desgracia en estos tiempos, pueden encontrar un freno eficaz a partir de estas bases cristianas.
Es necesario y urgente intervenir con la educación y dirigirla en particular a las nuevas generaciones, ofreciendo una antropología, que no sea relativista, y un modelo de vida, capaz de responder a las más elevadas y profundas inspiraciones del alma humana.
Con tal fin, las instituciones están llamadas a recuperar una estrategia orientada a la promoción de la persona humana y de la pacífica convivencia.
Y reiterando que:
- “La justicia no se hace de forma abstracta, sino considerando al hombre en su valor real, como ser creado a imagen de Dios y llamado a realizar su semejanza, aquí en la tierra”.
El Papa recordó la figura de Vittorio Bachelet, el jurista italiano, que dirigió el Consejo Superior de la Magistratura y que fue asesinado hace treinta y cinco años. Y destacó su testimonio como hombre, como cristiano y como jurista.