Cartas al Director

(Del Libro “Pájaros y Plumas. Soliloquios en tempero”)

Las Peñas sacan a la vía pública enseres que una vez acabada la Fiesta serán basura a recoger por el ayuntamiento de turno.

Cantinela montada por algún mayor: Nosotros antes también lo hicimos.

Lo que no es creíble.

¿Desde cuándo sobraba en los hogares sillones como los expuestos en fotografía para ser tirados luego al punto limpio con el costo de servicio al ayuntamiento que es el que pagan todos los vecinos?

Siempre hay voz que (ciudadanamente hablando) da a conocer postura y lamento sobre ¡como dejaron de sucio el espacio!

Plásticos. Papeles. Manchas de vino, bebida y alguna que otra demostración de emesis.

La fiesta es la fiesta y como tal debiera ser diversión; no borrachera y comportamiento violento o in-cívico.

En época actual (2014 septiembre) la estridencia; el no dejar dormir por el alto volumen electrónico, es la causa de insomnio y alteración del sueño durante y días después de acabada la jarana.

Los hay que aprovechan esos días de “fuera de control” (ruido) que escampan a la playa así que la fiesta queda en gran parte; en diversión de jóvenes y foráneos.

De tres a cuatro son las fiestas que se suman llamadas menores que no teniendo la dilatación en el tiempo que tienen las Patronales lo que prima son las Peñas.

Estimado Señor Curro;

En su tiempo…

Bailaba arrastrando los pies en la Plaza Mayor del Pueblo y las Orquestas que eran de capacidad corta y medios justos; no montaban la marimorena actual.

La única vez que se sacaban a la plaza los trastos (verdaderas ruinas de mueble) lo hacían por San Antón para ser quemados en la hoguera.

Teniéndose a bien no tirar cascaras de pipa, papeletas vacías de churros, desechos de plástico, ni bebida, en un lugar que era común y de respeto.

Así que… Amable vecino del Arrabal Alto. Haría bien en dejar su almacén para la celebración festiva de la Peña el Soconusco y colaterales. Y a su marcha… podrá hacerse con los inútiles que le han dejado. Dar el servicio de recogida de la basura y si el olfato le permite… dar un buen fregado a otros.

De querer repetir al año siguiente en cualquier celebración festiva o patronal; de seguro que más de un vecino le agradecerá el ofrecimiento pues además el ruido se lo aguantará Usted solo.

Del otro lado tiene la Hera de Juan Manco y es cuanto es…Una Hera.

A sabiendas de que su persona se ausenta a la Costa en familia durante esos días… No tiene ni por que lamentarse del ruido ¡aunque eso sí! a la vuelta se encontrará el obsequio.

A quienes soportan la invasión del ruido y peor comportamiento ¡algo debe decir el Consistorio! Ustedes Reclamen.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay