Ferrol: El sinsentido del turismo industrial
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Establecer en el ámbito territorial de los astilleros rutas de turismo industrial no deja de ser una completa temeridad, pero afirmar que tan extravagante actividad es la salida a la crisis del sector naval, aún viniendo del presidente Feijóo es una burrada sensacional.
Decía Oscar Wilde que el único deber que tenemos con la historia es reescribirla, y al parecer desde la periférica ciudad de Ferrol, días pasados, sus dirigentes políticos decidieron hacer suya la recomendación del dramaturgo irlandés, y así, a través del proyecto turístico «La Ruta de la Construcción Naval», de origen, se manifestaban dispuestos a reescribir la historia sobre este depauperado sector, aun cuando, a posteriori por interesada omisión de contenidos, del resultado final de su adaptación se pudo deducir en definitiva, que el implícito de la iniciativa estaba mas próxima a un montaje publicitario que a la versión original que la situación del gremio exigía como referente de contraste.
Desechando así una vez mas, la oportunidad de articular alternativas de salida a la compleja situación en la que sigue sumida la que fuera históricamente el motor industrial de la comarca.
La única ruta preferente que demanda el sector naval, lejos de absurdos planteamientos de itinerarios turísticos al interior de las factorías exige el punto de seriedad que toda gestión y cometido contractual recomienda , y por ello, el recorrido que debiera presidir toda iniciativa sobre el sector, mas que aperturas a la vía ociosa debiera dirigirse a desandar el camino recorrido durante las tres últimas décadas, para así invertir el ciclo de los despropósitos producidos y mudar con ello la tendencia de los nefastos resultados generados en tan largo período.
Traducción que a tiempo presente se pone de relieve al observar el prolongado vacío de las gradas de los astilleros, su achicada cartera de pedidos, al igual que las disparatadas cifras de desempleo comarcal, que después de perder en los últimos seis años diez mil puestos de trabajo en la industria vinculada al sector, con una tasa de paro del 32% registra uno de los indicadores de desempleo mas prominentes de Galicia.
Si absurda e irresponsable fue en su día la decisión política de tragar con el peaje impuesto desde el selecto club de los influyentes socios de Europa para facilitar nuestra integración en el marco de la Unión, en razón a que tal decisión por su carga de extorsión, además de causar la mayor destrucción del tejido productivo del país y quebrar un sólido desarrollo industrial; en el caso del naval de la ría ferrolana, a pesar de ser un sector estratégico y el pulmón en el que respiraba la economía de la zona, fue reducido sin contemplaciones a la mínima expresión, hasta el extremo, de causar con sus efectos un impacto irreparable que dio al traste con el futuro de la comarca, y que a pesar del tiempo transcurrido, por el gregario espíritu de unos fontaneros políticos de tres al cuarto, prorrogó sus consecuencias hasta convertirse en esa asignatura pendiente que nunca se llega aprobar.
Por eso que a la vista de los hechos también resulte incoherente e inaceptable que los mismos protagonistas locales que con su colaboración auxiliaron la consumación de la debacle del sector naval e impidieron con su docilidad concubina toda iniciativa de reactivación, se erijan ahora en actores principales y vengan a estas alturas con la insensatez de adjudicar potencialidades a los enclaves de producción naval ajenas a su vocación fabril, tal es, ese extravagante uso de los astilleros como destino turístico industrial, máxime cuando semejante desbarre, entra en sarcástica competencia con otra realidad turística antagónica, como la que han de asumir infinidad de vecinos y vecinas de esta comarca que como consecuencia de la inactividad fabril de la construcción de buques, sin soluciones de presente ni expectativas de futuro se ven obligados a tirar de equipaje y en un viaje sin retorno apremiados a sumarse a ese cada día mas extendido turismo forzoso que en román paladino se llama emigración.
Cuando la actualidad debiera estar pivotando sobre las principales actuaciones a llevar a cabo a efectos empresariales, en el sentido de abordar seriamente con la anticipación debida, un plan de futuro para nuestros astilleros ante el nuevo escenario que se avecina como consecuencia del inminente fin del veto del sector, y en consecuencia poner la vista en el acceso a un mercado amplio en condiciones de competitividad equitativa con el resto de los países participantes en el sector, con la finalidad de rescatar los nichos de mercado perdidos por la prolongada limitación de actividad y poder establecer así acuerdos comerciales que devuelvan el nivel de ocupación y la capacidad de producción.
Cuando ese debiera ser el objetivo, contra toda lógica, hay quien se decanta porque el vacío de barcos lo supla el desembarco de turistas industriales , de ahí que los obligados a tomar cartas en el asunto, parezcan mas enfrascados en la conversión de las zonas industriales que ocupan las factorías, para finalidades incompatibles y distintas a las de su razón de ser, que en tomar parte activa en el diseño y consolidación de soluciones de síntesis que posibiliten con urgencia la recuperación del sector. Pero con todo, tal desatino tampoco debe extrañar sobre manera, por cuanto el escándalo esta servido cuando políticos de distinto signo y condición son parte implícita en la merma y sustracción del espacio territorial en que se ve afectado alguno de los astilleros.