Cartas al Director

6.500 es la cifra de cordobeses que cada mes se ven obligados a abandonar su ciudad natal, para poder trabajar donde sea, en lo que sea y como sea.

Estamos hablando de jóvenes y ese es el gran problema.

¿No se le cae la cara de vergüenza a nadie?

Me vais a permitir que hable de mí, porque yo me llevé años avisando que la quiebra del monopolio cordobés de la Cajasur eclesiástica, significaba la ruina total de Córdoba.

Y a cambio, recibí todo tipo de amenazas e insultos.

Ahora yo podría decir con propiedad: “jódete, Córdoba; porque tienes lo que te mereces”.

Pero no puedo decirlo, en primer lugar, porque no es mi condición, y en segundo lugar, porque las víctimas son los jóvenes que sin comerlo ni beberlo, han recogido las impunes fechorías que sembraron otros, que van por ahí presumiendo y sacando pecho.

¡Córdoba!

Rafael Bueno.

Córdoba.