Europa, mas que unión rivalidad.
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
En tanto no se logre conformar un frente común entre las fuerzas progresistas de los países periféricos de la Unión contra el neoliberalismo de Merkel, será el capital financiero alemán quien siga ejerciendo de máxima autoridad del gobierno de la Eurozona.
En el plano político cuando fallan los argumentos a renglón seguido entra en escena el disparate, y como muestra de ello, tenemos entre otras, aquella escandalosa declaración emitida en su día desde las filas del PP asegurando que los jóvenes que abandonaban el país en busca de empleo lo hacían por puro «espíritu aventurero»; todo un síntoma de desvarío de la formación conservadora, o lo que es lo mismo, un miserable parecer emitido desde la arbitrariedad de quien ausente de fundamentos, intenta desvincular la excedida fuga migratoria de la precariedad socio laboral en la que nos encontramos inmersos como consecuencia de la subordinación política que caracteriza la práctica de funcionamiento del Ejecutivo de Rajoy.
Pues lejos de tomar razón de Estado y proceder en consecuencia, atendiendo a la luz de los datos, es contrastable el carácter cautivo de nuestra gobernanza genuina, pues tras la aparente hegemonía del gobierno que lidera el grupo conservador, lo cierto es, que por transigida permisividad el ejercicio de poder genuino esté desempeñado por el establishment germánico, verdadero diseñador y promotor de las directrices políticas de la Eurozona, y por tanto, quien desde sus postulados neoliberales de negación al crecimiento, hace que nuestro país por esa imposición de supremacía alemana, quede relegado al estancamiento, y por tanto, tenga cerrado en su ámbito el acceso a toda solución de futuro, además de motivar que en números absolutos tengamos el peor saldo migratorio del continente, siendo ese el motivo para que prosiga la tendencia migratoria, y con ello, se consume en lo que resta de década una reducción de población entorno al millón de habitantes.
Esta realidad debiera ser razón suficiente para cambiar de actitud y dejar de insuflar optimismo a la hora de analizar el comportamiento del paro, pues en buena medida, la propagación de su descenso resulta una falacia por adulteración de la realidad; por cuanto, no es posible que haya menos parados cuando las políticas de austeridad prosiguen destruyendo puestos de trabajo, ni tampoco es verosímil su reducción a la vez de decrecer el numero de ocupados, a no ser que ambas paradojas se justifiquen en el hecho de una sustancial reducción de la población activa.
Y justamente eso es lo que está ocurriendo en la actualidad como consecuencia de la emigración creciente que vive el país, al hacer que la elevada cuantía de desterrados laborales dejen de estar inscritos en los registros públicos de empleo, siendo ese desplome forzado del censo de población activa el freno virtual a la subida del paro, sin que por ello existan razones de peso, ligadas en su extensión a la creación efectiva de empleo; una realidad que tira por tierra las optimistas previsiones del presidente Rajoy cuando afirma que al finalizar 2014 en España habrá menos personas en paro y más cotizantes a la Seguridad Social, unas previsiones fallidas que por inciertas anulan igualmente el anunciado inicio de la recuperación económica pues contra toda afirmación , lo cierto es que no habrá despegue de tipo alguno hasta no alcanzar la meta de creación neta de empleo.
Por tanto, para establecer vías de solución es imprescindible darle un vuelco a la situación, que irremediablemente ha de pasar por cancelar la subordinación política existente y retomar el dominio de la gobernabilidad del país , pues contra todo parecer, la imposición de la uniformidad foránea no puede ser el patrón tipo de aplicación en escenarios territoriales divergentes, ya que nuestra propia situación demanda estimular el crecimiento en detrimento de la aplicación de medidas de férrea austeridad, toda vez que por si solas, mas que operar como solución del problema nos conduce al estancamiento del mismo, siendo factor reflejo de su fracaso el negativo impacto en el consumo y el empleo, aspectos que vienen a reforzar la imposibilidad de construir una nueva prosperidad sin el acompañamiento de medida de crecimiento económico.
Pero toda alternativa progresista a la estrategia de austeridad, lejos de promoverse como una medida unilateral de cada colectivo opositor, ha de plantearse partiendo de la unidad de acción que la situación demanda, para así conjuntamente, desde el ámbito de los países periféricos de la Eurozona (GIPS), erradicar de una vez por siempre el descrédito que desde los países del Norte se les viene adjudicando a los sureños a través de sesgadas acusaciones y falsos testimonios, con la finalidad de disfrazar de efectividad la austeridad de la canciller Merkel y despistar con ello los intereses especulativos de los grupos económicos y financieros que representa y protege la mandataria germánica.
Y mientras no se aborte la escenificación de esta farsa neoliberal y cambie la actual coyuntura, toda solución de futuro será inviable, en el marco de una Europa que cierra la puerta a los pueblo para dar preferencia al libre tránsito de los mercaderes.